Desde la más remota antigüedad, las diferentes civilizaciones que han surgido, han sido testigos de la observación de naves o ingenios espaciales, pero dado el momento histórico y el entorno socio-cultural atravesado, recibieron distinta interpretación y definición. Con una tecnología y una ciencia muy superior, siempre nos han visitado; hurgando en el tiempo y analizando con mente abierta, en todas las tradiciones, documentos antiguos, textos religiosos y otros signos, se puede encontrar la frecuente alusión a estas máquinas extraterrestres y a aquellos quienes los antiguos llamaron ángeles (en griego: mensajeros) o "dioses de las estrellas", venidos del cielo en sus "carruajes de fuego" y cuya presencia a manera de instructores figura en todos los pueblos del mundo. ¿Estará aquí la respuesta al por qué suelen los hombres dirigir su mirada y considerar subconscientemente que su Dios les observa desde arriba?.
Desde el "Gran Pájaro de las Nubes" en algunas tribus del África; "Los Escudos Llameantes", entre los griegos y romanos; "Los Dragones Voladores", de los pueblos de China; "Las Nubes Luminosas" o "Columnas de Nube", de la Biblia; hasta los "Foo-Fighters", de la Segunda Guerra Mundial; "Los U.F.O.", "OVNI", "VED", pasando por la "Estrella de Belén" de los tiempos de Jesús; "Los Huevos caídos del Cielo", de los pueblos del Norte del Perú, etc.; actualmente los distintos encuentros con los tripulantes de los "OVNI" y reportes de avistamientos en todo el mundo, nos hacen ver que hay un universo diverso de seres pendientes de la evolución terrestre y no sólo de ahora sino desde siempre.
Entonces, surge la natural pregunta: Si esto es así, si existen visitantes de otros mundos. ¿Por qué no se dan a conocer abiertamente a vista y paciencia del gran público? ¿Por qué de una vez por todas, no baja una nave de estas en la Plaza de Armas de la ciudad para que todos comprueben la verdad de su existencia, y sus tripulantes planteen sus puntos de vista? ¿Por qué, si quieren ayudar a la humanidad, no lo hacen abiertamente y yá?
Las razones sólo se pueden encontrar en el hombre mismo y en su actitud para con los seres extraterrestres pero también habría que hacer un análisis de la situación actual para ver el por qué de su accionar para con la gente de La Tierra. La Civilización se ha ido desarrollando científica y tecnológicamente, pero por otro lado el hombre de esta época vive tenso y se ha vuelto temeroso, egoísta, irascible, respondiendo en base a sus instintos; por lo cual, es natural suponer que seres con una mentalidad y nivel de conciencia superiores, tomen precauciones, no tanto para evitar ser dañados, sino al contrario, para evitar las consecuencias de un colapso cultural o bien las implicancias traumáticas y psicológicas o tal vez un retraso en la evolución que podría producirse ante un contacto prematuro y que no sea gradual y metódico, pues la historia ha demostrado que el encuentro de dos culturas completamente diferentes, es destructiva para la más débil y menos adelantada, que en este caso sería la humana; de allí que se pueda fácilmente verificar que no pretenden actuar como "conquistadores", como lo han hecho siempre los pueblos adelantados de La Tierra, sino que respetan los derechos ajenos, libre albedrío y evolución cultural y mental, siendo pues su injerencia en la humanidad pacífica y no hostil como se viene potencializando, a tal punto que si ellos hubieran querido efectuar algún tipo de dominio o colonizaje, hace tiempo que lo hubieran realizado, sin esperar a que el hombre salga de sus mosquetes y pistolas o de sus porras y flechas.
Hoy en día su presencia manifiesta y acercamiento sistemático, con otra lógica que a menudo es calificada de absurda -en otra octava o más allá de los patrones mentales humanos-, trae consigo nuevos elementos y apreciaciones que se desprenden por sí solos en ésta época de desarrollo científico y cultural a que ha llegado el hombre. Y así, con la presencia extraterrestre vemos no solamente una (varias) potencia técnica superior en el espacio, sino también el planteamiento de nuevas realidades a niveles científicos, religiosos, psicológicos, sociales, culturales y hasta económicos y políticos.
Desde antes de la "Segunda Guerra Mundial", los ingleses, alemanes y luego EEUU., Rusia y otros países, han conformado comisiones y proyectos de investigación de los "OVNI", gastando millones de Dólares en ello, manteniendo oculta y censurando las convincentes pruebas que demostrarían al mundo que los "OVNI" existen realmente y que no son producto de la imaginación o errores de observación sino que, por el contrario, son producto de una tecnología extraterrestre; sin embargo, esta información la consideran aún como un secreto de estado, no sólo por ser demasiado comprometedora para sus intereses creados, por lo que se desprendería del hecho, sino que también implicaría el desmoronamiento de los esquemas y estructuras que a lo largo del tiempo se han planteado. Pero por otro lado, seguramente, al descubrir el "secreto" tecnológico de los "Platillos Voladores", tal o cual país, junto a sus fuerzas militares, se convertiría en el amo y señor indiscutible de los cielos del planeta.
De manera que si por un lado se trata de mantener oculta la verdad de los "OVNI" por quienes ostentan el poder de la información, por otro lado se busca desvirtuar, tratando directa o indirectamente, de que el hombre no salga de su estado de ignorancia, y esto cae en el terreno del análisis psicológico para mejor comprender el accionar humano corriente. Y donde radica la importancia y el significado de la presencia extraterrestre es, no en la esperanza humana de lo que ellos pudieran hacer ayudándole, sino en lo que el hombre por sí mismo pueda lograr, interpretando y asumiendo con libertad e integridad en su propia realidad; y como es de suponer, a muchos no les conviene que se produzcan esta clase de cambios, cambios sinceros y verdaderos que deben ser efectuados por el propio hombre y desde el mismo hombre en una real toma de conciencia.
Es bien cierto que aún hay que desprenderse de muchas barreras, conformismos, prejuicios, temores y esquemas mentales que se han ido formando a lo largo del tiempo, no sólo a niveles personales, sino también a niveles sociales y culturales. Todo ello transmitido de generación en generación a través de doctrinas, religiones, costumbres, hábitos, la educación familiar y académica misma, etc., patrocinados por hombre sinceros y la propia ignorancia, perdiéndose en el tiempo y en el seguidismo inercial la verdadera interpretación de las cosas. El hombre busca catalogarlo y encasillarlo todo para mejor ubicarse, aún prescindiendo del conocimiento de realidades que, trascendiendo los límites de su propio contexto, caen en niveles y dimensiones que requieren nuevas conceptualizaciones, nuevos enfoques y adaptaciones y aún quizás, nueva terminología para un mejor entendimiento y captación.
Y es pues necesario resaltar aquí, el hecho de que hace falta una transposición de valores y trasladar así las propias concepciones a un nivel mayor de aprendizaje y realizaciones que permitan no sólo erradicar propios temores y salir de condicionantes fantasiosos y auto limitaciones fantasmales preestablecidas, sino también afrontar con apertura, un despertar y un nuevo estado de conciencia mental y espiritual.
El tema de los OVNI, no podía librarse de la carga mental del hombre, y todas sus propias debilidades y defectos han sido atribuidos, de igual manera, a los seres extraterrestres, haciéndolos a imagen y semejanza humana, o endiosándolos, estableciendo una especie de sutil culto religioso. Aún así, con su presencia y aparición en diferentes partes del mundo, están colaborando, de alguna manera, para plantear nuevas aperturas al hombre, y en todos los niveles significa un replanteamiento de la Ciencia, la Religión, la Filosofía, la vida misma y toda la Cultura humana. A nivel Científico, por dar sólo ejemplos de superficie, los OVNI no necesitan de nuestros combustibles, no obedecen al principio de acción y reacción, dominan el espectro electromagnético, la teletransportación, etc., no encajando dentro de las leyes físicas conocidas por nosotros y por las cuales funcionan nuestro aparatos aéreos. A nivel religioso, La Tierra no sería el centro de la creación, pues habría vida superior en otros mundos y el Dios que se había imaginado aquí no sería tan limitado, trayendo pues toda una serie de concepciones nuevas en teología, moral, ética (sin considerar la información desprendida de los encuentros con tripulantes de esas naves) y por ende en materia de Filosofía, Economía, Política, etc.
Nos enfrentamos pues, a cuestiones básicas de nuestras vidas, a problemas inherentes a nuestra existencia y esenciales de nuestro futuro. El tema de los ET. no puede ser tomado a la ligera, ni debe ser dejado en manos de fanáticos, ni de soñadores irracionales; por el contrario, hay que liberarlo y colocarlo en su justo lugar racional, para que quien quiera acercarse pueda observarlo desapasionadamente y en forma desapegada y formarse una opinión centrada, y cada vez más próxima a una coherencia veraz.
Desde el "Gran Pájaro de las Nubes" en algunas tribus del África; "Los Escudos Llameantes", entre los griegos y romanos; "Los Dragones Voladores", de los pueblos de China; "Las Nubes Luminosas" o "Columnas de Nube", de la Biblia; hasta los "Foo-Fighters", de la Segunda Guerra Mundial; "Los U.F.O.", "OVNI", "VED", pasando por la "Estrella de Belén" de los tiempos de Jesús; "Los Huevos caídos del Cielo", de los pueblos del Norte del Perú, etc.; actualmente los distintos encuentros con los tripulantes de los "OVNI" y reportes de avistamientos en todo el mundo, nos hacen ver que hay un universo diverso de seres pendientes de la evolución terrestre y no sólo de ahora sino desde siempre.
Entonces, surge la natural pregunta: Si esto es así, si existen visitantes de otros mundos. ¿Por qué no se dan a conocer abiertamente a vista y paciencia del gran público? ¿Por qué de una vez por todas, no baja una nave de estas en la Plaza de Armas de la ciudad para que todos comprueben la verdad de su existencia, y sus tripulantes planteen sus puntos de vista? ¿Por qué, si quieren ayudar a la humanidad, no lo hacen abiertamente y yá?
Las razones sólo se pueden encontrar en el hombre mismo y en su actitud para con los seres extraterrestres pero también habría que hacer un análisis de la situación actual para ver el por qué de su accionar para con la gente de La Tierra. La Civilización se ha ido desarrollando científica y tecnológicamente, pero por otro lado el hombre de esta época vive tenso y se ha vuelto temeroso, egoísta, irascible, respondiendo en base a sus instintos; por lo cual, es natural suponer que seres con una mentalidad y nivel de conciencia superiores, tomen precauciones, no tanto para evitar ser dañados, sino al contrario, para evitar las consecuencias de un colapso cultural o bien las implicancias traumáticas y psicológicas o tal vez un retraso en la evolución que podría producirse ante un contacto prematuro y que no sea gradual y metódico, pues la historia ha demostrado que el encuentro de dos culturas completamente diferentes, es destructiva para la más débil y menos adelantada, que en este caso sería la humana; de allí que se pueda fácilmente verificar que no pretenden actuar como "conquistadores", como lo han hecho siempre los pueblos adelantados de La Tierra, sino que respetan los derechos ajenos, libre albedrío y evolución cultural y mental, siendo pues su injerencia en la humanidad pacífica y no hostil como se viene potencializando, a tal punto que si ellos hubieran querido efectuar algún tipo de dominio o colonizaje, hace tiempo que lo hubieran realizado, sin esperar a que el hombre salga de sus mosquetes y pistolas o de sus porras y flechas.
Hoy en día su presencia manifiesta y acercamiento sistemático, con otra lógica que a menudo es calificada de absurda -en otra octava o más allá de los patrones mentales humanos-, trae consigo nuevos elementos y apreciaciones que se desprenden por sí solos en ésta época de desarrollo científico y cultural a que ha llegado el hombre. Y así, con la presencia extraterrestre vemos no solamente una (varias) potencia técnica superior en el espacio, sino también el planteamiento de nuevas realidades a niveles científicos, religiosos, psicológicos, sociales, culturales y hasta económicos y políticos.
Desde antes de la "Segunda Guerra Mundial", los ingleses, alemanes y luego EEUU., Rusia y otros países, han conformado comisiones y proyectos de investigación de los "OVNI", gastando millones de Dólares en ello, manteniendo oculta y censurando las convincentes pruebas que demostrarían al mundo que los "OVNI" existen realmente y que no son producto de la imaginación o errores de observación sino que, por el contrario, son producto de una tecnología extraterrestre; sin embargo, esta información la consideran aún como un secreto de estado, no sólo por ser demasiado comprometedora para sus intereses creados, por lo que se desprendería del hecho, sino que también implicaría el desmoronamiento de los esquemas y estructuras que a lo largo del tiempo se han planteado. Pero por otro lado, seguramente, al descubrir el "secreto" tecnológico de los "Platillos Voladores", tal o cual país, junto a sus fuerzas militares, se convertiría en el amo y señor indiscutible de los cielos del planeta.
De manera que si por un lado se trata de mantener oculta la verdad de los "OVNI" por quienes ostentan el poder de la información, por otro lado se busca desvirtuar, tratando directa o indirectamente, de que el hombre no salga de su estado de ignorancia, y esto cae en el terreno del análisis psicológico para mejor comprender el accionar humano corriente. Y donde radica la importancia y el significado de la presencia extraterrestre es, no en la esperanza humana de lo que ellos pudieran hacer ayudándole, sino en lo que el hombre por sí mismo pueda lograr, interpretando y asumiendo con libertad e integridad en su propia realidad; y como es de suponer, a muchos no les conviene que se produzcan esta clase de cambios, cambios sinceros y verdaderos que deben ser efectuados por el propio hombre y desde el mismo hombre en una real toma de conciencia.
Es bien cierto que aún hay que desprenderse de muchas barreras, conformismos, prejuicios, temores y esquemas mentales que se han ido formando a lo largo del tiempo, no sólo a niveles personales, sino también a niveles sociales y culturales. Todo ello transmitido de generación en generación a través de doctrinas, religiones, costumbres, hábitos, la educación familiar y académica misma, etc., patrocinados por hombre sinceros y la propia ignorancia, perdiéndose en el tiempo y en el seguidismo inercial la verdadera interpretación de las cosas. El hombre busca catalogarlo y encasillarlo todo para mejor ubicarse, aún prescindiendo del conocimiento de realidades que, trascendiendo los límites de su propio contexto, caen en niveles y dimensiones que requieren nuevas conceptualizaciones, nuevos enfoques y adaptaciones y aún quizás, nueva terminología para un mejor entendimiento y captación.
Y es pues necesario resaltar aquí, el hecho de que hace falta una transposición de valores y trasladar así las propias concepciones a un nivel mayor de aprendizaje y realizaciones que permitan no sólo erradicar propios temores y salir de condicionantes fantasiosos y auto limitaciones fantasmales preestablecidas, sino también afrontar con apertura, un despertar y un nuevo estado de conciencia mental y espiritual.
El tema de los OVNI, no podía librarse de la carga mental del hombre, y todas sus propias debilidades y defectos han sido atribuidos, de igual manera, a los seres extraterrestres, haciéndolos a imagen y semejanza humana, o endiosándolos, estableciendo una especie de sutil culto religioso. Aún así, con su presencia y aparición en diferentes partes del mundo, están colaborando, de alguna manera, para plantear nuevas aperturas al hombre, y en todos los niveles significa un replanteamiento de la Ciencia, la Religión, la Filosofía, la vida misma y toda la Cultura humana. A nivel Científico, por dar sólo ejemplos de superficie, los OVNI no necesitan de nuestros combustibles, no obedecen al principio de acción y reacción, dominan el espectro electromagnético, la teletransportación, etc., no encajando dentro de las leyes físicas conocidas por nosotros y por las cuales funcionan nuestro aparatos aéreos. A nivel religioso, La Tierra no sería el centro de la creación, pues habría vida superior en otros mundos y el Dios que se había imaginado aquí no sería tan limitado, trayendo pues toda una serie de concepciones nuevas en teología, moral, ética (sin considerar la información desprendida de los encuentros con tripulantes de esas naves) y por ende en materia de Filosofía, Economía, Política, etc.
Nos enfrentamos pues, a cuestiones básicas de nuestras vidas, a problemas inherentes a nuestra existencia y esenciales de nuestro futuro. El tema de los ET. no puede ser tomado a la ligera, ni debe ser dejado en manos de fanáticos, ni de soñadores irracionales; por el contrario, hay que liberarlo y colocarlo en su justo lugar racional, para que quien quiera acercarse pueda observarlo desapasionadamente y en forma desapegada y formarse una opinión centrada, y cada vez más próxima a una coherencia veraz.
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