Miércoles 1º de Noviembre 2006. Lugar: Huacas o Pirámides del Sol y La Luna, antiguos templos de la Cultura Mochica, ubicados a cinco Kms al Sur de Trujillo, en el distrito de Moche. Este sitio arqueológico representó físicamente la capital de dicha Cultura entre el Sigo I a.C y el Siglo IX d.C.
Caminábamos hacia la Huaca del Sol, cuando el hermano Jorge Anaya se percató de la forma de un rostro, en la formación rocosa que existe más al Este, entre ambas Huacas.
Este rostro que caprichosamente se formaba entre las piedras invitaba a realizar un trabajo en lo que se dibujaba entre la “nariz” y la “frente”.
Fotografía: Cerro de piedras entre las Huacas del Sol y La Luna, parte Este.
Teniendo dicho rostro como mira para el siguiente trabajo, primero ascendimos la pirámide del Sol y efectuamos un trabajo de reconexión del lugar con la Red de Energía que existiría alrededor de nuestro Planeta, vocalizando una serie de mantrams como RAMA, AMAR, OM, ZIN-URU.
Fotografía: Pirámide del Sol - Cultura Mochica(Trujillo-Perú).
Extrañados con la visión, nos dirigimos hacia el rostro de piedra, ubicándonos las 12 personas adultas más un niño, en el lugar intuido, a las 12 M para cumplir el trabajo de conexión Solar percibido.
En el lugar, a pesar del fuerte viento que se sentía, iniciamos con mantralizaciones de OM, RAMA, ZIN-URU y luego pedimos la asistencia de los Hermanos Mayores y nos rodeamos convenientemente generando energía protectora, mentalizándonos en el positivismo. Luego, se dirigió una conexión energética entre la Huaca del Sol, la Huaca de la Luna y el cerrito de piedra con perfil de rostro, visualizando que una energía fluía en este triángulo energético, buscando un equilibrio entre lo positivo y lo negativo. Visualizábamos entonces que en espiral ascendente subíamos a la cúspide del Cerro existente detrás de la Huaca de la Luna, el conocido Cerro Blanco, donde nos situamos mentalmente, y desde allí, como lo habrían hecho antiguos sacerdotes solares, nos conectamos con el Sol de nuestro sistema y a través de él con el Sol Central de la Galaxia, visualizando un gran flujo de energía dorada hacia nosotros y a través nuestro al cerro Blanco que se observaba como una gran Pirámide de Luz, que vibraba y emitía sonidos, colores, y símbolos y que irradiaba ondas de energía hacia la zona, y hacia Trujillo impregnando la naturaleza, las personas y las estructuras así como también los diversos planos físico-etérico, astral, mental. Luego direccionamos la energía hacia los lugares trabajados recientemente como Queneto en Virú, Cumbemayo en Cajamarca, Jequetepeque, Cuculicote y hacia Sechura en la Pirámide de Sephis, a donde iríamos en una próxima salida.
Todo esto se percibió intensamente, como en una vivencia interdimensional y en poco tiempo, y captábamos que era recibido con gran alegría por seres que de pronto empezaron a manifestarse.
En la experiencia de un hermano, luego de las vocalizaciones respectivas, veía imágenes que brotaban una tras otra a su mente, visualizando una gran espiral que conectaba la tierra con el cielo y un gran torrente de energía que manaba desde el interior de la Tierra, con centro en la llanura entre ambas Huacas, hacia arriba, posiblemente por el trabajo efectuado en la pirámide del Sol. Así mismo la presencia de seres de blanco asistiendo y apoyando.
Fotografía: Pirámide de la Luna Cultura Mochica(Trujillo-Perú) y detrás el Cerro Blanco.
Entonces ya no se sentía físicamente en el lugar donde estábamos pero empezó a ver mucha gente, pobladores antiguos del lugar, en actitud de mucha alegría con los brazos levantados y había una energía de coloración azul-violácea que fluía entre las pirámides y rostro de piedra en el cual nos encontrábamos. El Cerro Blanco actuaba como potenciador, como un gran resonador de energías.
En tanto la energía circulaba, podía apreciar lo que serían almas de antiguos moradores que iban ascendiendo hacia arriba del Cerro Blanco a unirse con la demás gente con los brazos alzados hacia el Sol con gran júbilo y regocijo, como si se liberarán de algo, quizás del sufrimiento de antiguos sacrificios u otras razones. Asimismo observaba en un gran triángulo energético la conexión entre tres cerros que rodean Trujillo, el propio Cerro Blanco, el Cerro Campana y el Cerro Orejas, estableciéndose una energía circular dorada que fluía en la zona entre ellos. De pronto, se empezó a formar de abajo hacia arriba una gran pirámide dorada a modo de cúpula sobre toda la ciudad de Trujillo. En tanto veía que más gente iba liberándose y en aumento sobre el Cerro Blanco, había como un Sacerdote Mayor cubierto con una especie de túnica blanca sobre su espalda que se encontraba detrás de ellos en una posición más arriba, que no perdía de vista lo que sucedía y que al ver fluir esta gran energetización y despliegue, sonreía y expresaba satisfacción. De pronto el hermano apareció delante de él, el sacerdote lo miró y tocó con su mano derecha su frente, colocando un círculo dorado, como un sol metálico.
Ni bien ello sucedió, quien dirigía el trabajo justamente lo daba por terminado.
Al abrir los ojos, todos observamos un halcón saliendo desde detrás del cerro en el cual nos hallábamos, desde la dirección Este, planeando y deteniéndose encima de todos nosotros, revoloteando luego el cielo de la zona.
El dios Horus suele adoptar figura de halcón o humana con cabeza de halcón.
A Horus se lo representa con la doble corona, con cabeza de halcón o como un sol con alas de halcón, forma que servía como símbolo de protección en puertas y salas de templos. Junto a sus padres Osiris e Isis, formaron la tríada más importante de la mitología egipcia.
Con el Sol los incas representaban al Espíritu Universal dador de la Luz, de la Sabiduría. Para comprender mejor la realidad interna del ser humano, siempre se buscó alguna representación física, siendo el Sol la forma más comprensible de dar a entender lo que es el Real Ser interior.
chevere
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