miércoles, 10 de noviembre de 2010

EXPEDICIÓN AL PAITITI-Agosto 2010 (Última parte)

(or Sixto Paz)
LOS NUEVOS GUARDIANES DE LA TIERRA.

“Los nuevos guardianes de la Tierra,
vendrán de occidente, y aquellos
que han causado un mayor impacto
en la Madre Tierra tienen ahora
la responsabilidad moral de rehacer su relación con ella,
después de rehacerse a si mismos.
El corazón lo proporcionará Sudamérica.”
(Don Antonio Morales, Maestro Chamán Q´ero”

Nuestro viaje estaba llegando a su fin. Habíamos hecho la ruta hacia el Paititi y ahora nos tocaba dejar esa zona maravillosa, de naturaleza virgen para volver al mundo y compartir este sentimiento y comprensión de la tarea encomendada y de la tarea cumplida. En nuestro peregrinaje habíamos sido guiados por los elementos haciéndonos sentir nuestras decisiones acertadas y las incorrectas motivándonos a corregir sobre la marcha.
Habíamos sido guiados por naves y acompañados por seres de luz, que en algunos momentos se habían evidenciado de una manera contundente y conmovedora. Como nunca habíamos recibido el respaldo conciente y generalizando de los grupos a nivel mundial, llegando a producir ello magia, una fuerza que nos acompañó, cuido, aligeró nuestra carga y hasta nos salvo de toda clase de accidentes o acechanza.
Miguel el Huachipare siempre adelante marcando el rumbo del grupo le dijo en el camino a Nimer como quien suelta un comentario cualquiera: “Hoy creaste tu propia realidad”…Dejando a nuestro amigo más que sorprendido y pensativo. ¿A qué se refería Miguel? ¿Que había detrás de sus palabras? ¿Por qué ese comentario y en ese momento? ¿A qué realidades se refería?
Día 19 de Agosto retomamos el viaje saliendo desde la playita de las piedras, una isla formada entre dos brazos del río Siskibenia donde fue difícil dormir sobre aquel suelo tan desigual, a pesar de que nos demoramos mucho la tarde anterior sacando piedras y nivelándolo para colocar nuestras tiendas. Fue una noche tranquila la que había transcurrido a pesar de todo, sin viento ni nada especial. Ideal para descansar de la dura marcha del día, aunque hubiese sido bueno que hubiésemos hallado un suelo más blando. Pero ni modo.
Había sido bastante exigente llegar hasta allí caminando tantas horas , llegando muy mojados cuando ya estaba oscureciendo pero la clave de que al final la pasáramos bien y nos recuperáramos fue la excelente hoguera que hicieron Miguel y Calixto, que nos calentó y secó en algo la ropa húmeda.
Sabemos que todo en la vida es una cuestión de actitud. Y que si estas atento todo te habla, todo dice algo y los mensajes aparecen por doquier. Pero que si también uno se da cuenta, la vida puede ser lo mágica que tu permitas que sea simplemente abriéndonos a la visión interna, donde todo es más bello y luminoso, donde todo tiene su orden y sentido.
Como todos los días fue mucho caminar cruzando el río de un lado a otro, andando sobre un mar de piedras de todos los tamaños, muchas de ellas gigantescas y nada firmes debiendo mantener sobre ellas el equilibrio a como diera lugar para no doblarnos el tobillo o fracturarnos una pierna, subiendo y bajando sobre troncos caídos, y cuidándonos de toda clase de espinas, e insectos. Hasta que llegamos a la quebrada de la Sachavaca (Tapir) , lugar donde hicimos nuestro primer campamento de venida cuando cruzamos el Mecanto camino al Paititi días antes . Recordé que allí fue donde nos detuvimos después de que se me destrozaron de manera impensable y asombrosa las botas con el agua del río. Fue también en ese sitio donde por haber querido seguir con el calzado como lo tenía, que me había caído en el río con riesgo de ahogarme. Quizás allí había algún mensaje simbólico o entre líneas que me sugerían un cambio. Quizás un nuevo comienzo con otros zapatos, lo cual podría suponer hacer mi trabajo con nuevas formas…
Desde la quebrada de la Sachavaca donde descansamos unos quince minutos después de disfrutar unos ricos platanitos manzana que Miguel desenterró ya maduritos, hicimos el camino hacia Pusharo en aproximadamente tres horas y media, algo imposible porque de venida la misma ruta la habíamos hecho en siete horas y media.
No sabemos qué fue lo que ocurrió. Si es que tratamos de recordar ese día y esa ruta, lo que viene a nuestra mente es luz, mucha luz y viento frío…
Johnny contó después que cuando veníamos de regreso de Paititi, se le vino la imagen de una nave de luz como una unidad con la imagen de la Virgen que nos acompañaba permanentemente encima nuestro. El, siempre valiente, estoico, animoso y a paso constante, se mantuvo caminando apoyando a otros y cantando la canción:”Ven con nosotros a Caminar”… Canción espiritual y religiosa que invita a caminar al lado de la Virgen (La Madre).
Jaime también se mantuvo firme, solidario y siempre dispuesto a compartirlo todo, velando porque a nadie le faltase agua pura para beber. Teniendo percepciones y sensaciones que al comunicárnoslas nos servían de luz para reflexionar.
Al acercarnos al Pongo (Mecanto o Cañón) sopló un intenso y extraño viento frío, debiendo lidiar no sólo con la fuerte corriente de agua al cruzar una y otra vez el río, sino que además con el ambiente que estaba helado. Fue agotador mantenerse caminando sin parar sobre redondeadas piedras sumergidas muy resbalosas, así como alternando con grandes rocas cortantes, de tal manera que al llegar a Pusharo ya la mayoría había terminado de perder el calzado, y varios del grupo cayeron pesadamente en el suelo con sus equipajes , quedando alguno inmediatamente dormido del agotamiento. Y no era para menos. Todo el viaje se desarrolla a campo traviesa, sobre un territorio irregular y salvaje, que exige mucha concentración y que todos los sentidos físicos y los extrasensoriales estén despiertos y atentos todo el tiempo, constituyendo una ruta titánica, sólo para locos, místicos o poetas…
En Pusharo luego de armar el campamento con la temperatura que había aumentado rápidamente, decidimos aprovechar en lavar la ropa y darnos un refrescante baño en el río Siskibenia. Por distracción o exceso de confianza Hugo y Darío, al igual que Panchito y Marcia se pusieron a tomar sol con espaldas, pechos y brazos descubiertos, dejando sin querer que los mosquitos los acribillaran. Yo me bañé con la ropa puesta (ya teníamos práctica en ello) , aprovechando para lavarla en mi cuerpo.
Ya en la orilla, mientras me secaba rápidamente, Hugo me comentó lo que Miguel le había dicho cuando llegamos en este viaje por primera vez al Muro de Pusharo. El Huachipare le dijo:”Los nuevos tienen que sintonizarse con la naturaleza”. Y ciertamente fue eso lo que vivieron intensamente aquellos que por primera vez caminaban por esa zona: “sintonizarse”. Me puse ha observarlos a todos y a cada uno de los compañeros y compañeras, y definitivamente que se habían sintonizado, no sólo a través de las pruebas y dificultades del camino, sin perder para nada la alegría y el buen ánimo, sino que fueron colaborando ejemplarmente en todo así como meditando y participando activamente de cuanta cadena y proyección se hizo a pesar del agotamiento. Todos y cada uno fueron valiosas piezas que a través de sus percepciones, intuiciones y reflexivos análisis nos permitían valorar y entender mejor la razón de estar allí, haciendo lo que estábamos haciendo. Era conmovedor ver como conservaban sus rostros alegres y serenos, aunque sus cuerpos golpeados, picados y sangrantes mostraban la impronta de la odisea. Todo ello inspiraba e infundía valor para continuar.
Marcia con su arte dibujaba sobre el papel las percepciones que se tenían y ello era realmente hermoso.
Por la tarde y por la noche volvió el intenso viento frío procedente del Cañón. Por lo que había que mantener todo bien sujeto para que no se volara. La arena de las orillas iba cubriendo las carpas las cuales se estremecían de un lado a otro con riesgo de volarse. Tarde en la noche salió una hermosa Luna que iluminó el paisaje creando toda suerte de juegos de sombras. Hasta ese momento un abarrotado cielo de estrellas había sido nuestro techo. Después de meditar nos quedamos guarecidos del viento y del frío conversando un rato. Allí Hugo continuó sus acostumbradas pastillas de reflexión. Pequeños comentarios que aparecían de un momento a otro que lo dejaban a uno meditando. Cuando Hugo nos hacía estos aportes era como si se transfiguraba, hubo gente del grupo que lo vio asumir la actitud y sabiduría de un indígena. Así el nos dijo algo que él había sentido muy fuertemente:”El hombre es el único ser en la naturaleza que salvándose él, empieza a salvar el planeta”.
Daniel nos contó que en la meditación se proyectó dentro del muro donde apareció en una caverna en donde los maestros en semicírculo están alrededor como de cristales de cuarzo de distintos colores. Ellos vocalizaban el AM-ON y el disco del Paititi estaba como suspendido en el aire. El se veía a si mismo como encontrándose bajando por unas escalinatas como de una pirámide. El sentía y sabía que esos seres debían de estar en armonía para que el disco vibre, y que esa armonía en cierta medida dependía de nosotros. Daniel se visualizó a si mismo sentándose al lado de estos seres para mantralizar junto con ellos, siendo conciente de dimensiones paralelas y de que todos ellos lo observaban como representante de la raza humana. Quizás para alcanzar su armonía estos seres también debían de reconciliarse con su pasado y con sus relaciones (con nosotros).
Marcia comentó que ella había percibido de manera similar la visión de Daniel pero en el Encuentro de Punta Colorada en el Uruguay el año anterior.
Ciertamente la energía (espíritu planetario) requiere de la diversidad de seres y de especies para sobrevivir, porque como en una sinfonía cada instrumento tienen su lugar aportando una variación que crea mediante combinaciones la música de la obra maestra. La pérdida de la diversidad va acabando con el espíritu planetario.
Luego de beber algo de sopa caliente preparada generosamente por las chicas que se iban alternando en esa labor de servicio como fue la cocina, pude dormir a ratitos por el excesivo cansancio y ansiedad. Nuestra gratitud a Argenis, Patries, Susie y Marcia, por haber cuidado tanto y también del grupo en todo sentido, pero especialmente en el área de los alimentos, que nos dieron la fuerza y el ánimo para continuar.
Nuestra gratitud también para Jaime, que como mencioné antes asumió voluntariamente la gran tarea de velar porque a nadie le faltara agua purificada, elemento tan importante en esta clase de travesía y en la que iba toda la información de este territorio mágico y magnético que controla aún la Hermandad Blanca de la Tierra.
Llegó un momento en la madrugada que el viento se tornó como huracanado y muy violento haciendo que se cayera el tendedero con toda la ropa que se estaba secando, pero felizmente al estar ya seca no se ensució en la arena.
El grupo estaba muy golpeado y lastimado, así como algunos terriblemente picados por los insectos, por lo que aunque el mundo se cayera a nuestro alrededor no habían fuerzas para reconstruirlo aquella noche y valía más la pena el descanso a como diera lugar. Ya en la mañana sería otro día con energías renovadas.
Al amanecer del día 20 con las primeras luces del día pudimos observar como salían a intervalos nubecitas blancas procedentes del Cañón. Al irse asomando las nubecitas llamativamente blancas como algodón, iban éstas como tomando formas diferentes de animales.
Poco a poco se fueron despertando y levantándose los compañeros quienes se prepararon para hacer junto conmigo la protección (Cúpula de Luz) y luego la meditación Xolar, repitiendo nuestros nombres cósmicos o claves vibratorias personales. Durante la meditación realizada en el campamento en la orilla opuesta de la Piedra de los Símbolos, sentí que el muro nos llamaba con fuerza a incorporar el corazón del planeta en nuestro propio corazón, y que era eso lo que debíamos hacer cuando volviéramos a ubicarnos delante del muro. Era aquello un sentimiento reiterado.
Daniel nos comentó después de que había percibido al muro como un mapa de la evolución del ser humano, siendo los símbolos “arquetipos” activadores de nuestra conciencia. Patries por su parte también reflexionó en voz alta que a ella todo aquello le recordaba lo que había sido la vida de su padre en Holanda quien durante la Segunda Guerra Mundial era dueño de una radio clandestina, de tal manera que fue enviado a la cárcel y luego a un campo de concentración. Tiempo después los nazis los sacaron de las barracas obligándolos a marchar, huyendo del avance de los rusos. Hicieron caminar a 40,000 personas desnutridas y sin zapatos, matando a muchos en el camino o dejándolos simplemente morir. Nuestro viaje por el Paititi había sido como un símil de aquello, un peregrinaje por la vida, un camino de sacrificio que en cierta manera lo estábamos repitiendo, tanto nosotros en pequeño como toda la humanidad en general por conocer y difundir un mensaje cierto y liberador.
Rápidamente la mañana se calentó y salió un sol intenso debiendo buscar todos refugio en la sombra, aunque allí compartíamos espacio con las hordas ingentes de mosquitos.
Sobre las dos de la tarde se hicieron presentes en el río los peque peques con los machiguengas Oscar y Ruben, además de Pancho y Moisés, y otros cuatro compañeros entre adultos y adolescentes. No los esperábamos tan rápido, pero igualmente ya habían llegado y eso nos hacía sentirnos más seguros y confiados. Al día siguiente haríamos en la madrugada un último trabajo frente al muro de los símbolos, para lo cual habríamos de cruzar nuevamente el río. Pero sólo podríamos ir siete personas para ese trabajo, y los otros seis se quedarían en la orilla opuesta donde estaba el campamento apoyando.
Sabía que la elección y separación del grupo era algo muy delicado porque pondría a prueba nuestros egos como prueba final de unión e integración en el mensaje. Nimer quien había ayudado una y otra vez a cuantos podía a riesgo de su propia vida se mantuvo descansando en la tienda todo ese día para recuperarse, ya que tenía los pies muy lastimados. Argenis quien había sido también un baluarte por su valor y disposición también se encontraba bastante lastimada de sus pies y piernas, pero a pesar de eso por la tarde estuvo atendiendo a una larga cola de adoloridos sobrevivientes con quiropraxis y masajes. Por su lado Patries hizo la multiplicación de los panes al preparar la comida para todos con la ayuda de alguna de las chicas. El Menú fue sopa de verduras caliente con quinua , y polenta con carne vegetal, muy contundente para los maltratados y hambrientos cuerpos. De hecho compartimos con los diez machiguengas la comida, y no solo alcanzó sino que hasta sobró…
Al atardecer nos preparábamos para hacer nuestra meditación lunar colectiva y una práctica de irradiación al planeta, cuando nos fijamos que las nubes iluminadas por los últimos rayos del sol que se ubicaban en lo alto por encima del cañón adquirían la forma exacta de la montaña del rostro de Paititi. Era algo inaudito y espectacular que nos dejó a todos boquiabiertos, y a continuación apareció a baja altura la nave. Era un disco luminoso que se deslizaba, avanzaba y se detenía, luego volvía a avanzar y nuevamente se paraba en seco. Venía esta vez de la zona del cañón en dirección a donde nos encontrábamos, lanzando un fogonazo de luz sobre la piedra de Pusharo.
Luego de este avistamiento quedamos muy contentos y motivados. Así que terminados los trabajos y la cena procuramos acostarnos temprano, porque de madrugada tendríamos que desarmar el campamento y prepararnos para el último gran trabajo de aquel viaje, a realizarse frente al muro.
En la madrugada del día 21 nos fuimos despertando y levantando sobre las 3.30 a.m. El cielo estaba claro y estrellado. Durante toda la noche había soplado nuevamente con violencia el viento agitando las carpas. El sonido del viento era más que un susurro, era como un estruendoso llamado a despertarnos y actuar… A las 4 a.m. debíamos desarmar todo el campamento dejando listas las mochilas para que al amanecer fuesen embarcadas en los botes de los machiguengas. Ya despiertos pudimos contemplar una cantidad extraordinaria de fogonazos que salían de detrás de la piedra de Pusharo, y también observamos claramente una esfera blanca que se asomaba del lado derecho de la gran piedra.
Siendo testigos de semejante espectáculo nos apuramos en organizarnos para estar listos y dispuestos. Con las primeras luces del día el grupo de los siete cruzaríamos el río una vez mas con el apoyo de los seis que quedarían, y así delante del muro abriríamos nuestros corazones para una comunión en nombre de todos y de todo con el espíritu de la Madre. Una experiencia única en un lugar privilegiado para sintonizarse con el espíritu planetario y con la vida misma, porque todo estaba vivo allí. Lo más interesante es que los hermanos mayores vivirían también la experiencia a través nuestro…
El problema que se nos planteaba era cómo cruzar nuevamente el río si las veces anteriores lo habíamos hecho con gran esfuerzo entre todos, usando cuerdas y a duras penas enfrentando la violenta corriente formando rápidos entre las peligrosas y traicioneras piedras. Ahora sólo podíamos ser los siete seleccionados los que avanzáramos hacia allá.
El grupo del muro fueron Argenis, Patries, Susana, Marcia, Daniel Francisco y yo. Quedarían apoyando en el campamento Cristian, Jaime, Hugo, Darío, Johnny y Nimer. Uno de los compañeros sugirió que les pidiéramos a los machiguengas que nos cruzaran en su embarcación, cosa que parecía fácil y relativamente cerca pero no lo era. Fue en extremo peligroso por cuanto estábamos contra corriente, y teníamos que llegar al lugar frente al muro donde los tres brazos del río confluían con violencia chocando contra la gran roca formando remolinos que podían voltear la embarcación.
El momento llegó y los siete fuimos hacia el bote de Oscar quien con el motor avanzó luchando contra la corriente, pero al llegar al punto de desembarque la fuerza del agua y la profundidad en el lugar crearon momentos de peligro. Fue entonces que llegó rápidamente al rescate Pancho el machiguenga, quien con riesgo de su propia persona ayudó sujetando con cuerdas la embarcación para que no se voltease. Finalmente pudimos desembarcar pero a toda velocidad porque la corriente se llevaba la embarcación. No fue nada fácil llegar hasta allí, como no había sido nada fácil cada fase del viaje, etapas que a la vez habían permitido que cada uno de los compañeros y compañeras diesen todo lo mejor de sí, y mostraran el héroe potencial que subyace en el alma de cada ser humano. Jamás podremos olvidar los gestos heroicos y la ayuda de Nimer, Daniel , Hugo y Darío apoyando para los cruces de los rápidos, a pesar del cansancio y sus propias cargas, todo para llegar hasta allí, hasta ese momento. Cómo olvidar la generosidad, estoicismo y entrega de Johnny y Jaime, de Francisco, Argenis y Patries. La lucidez, intuición y dirección de Cristian marcándonos el camino en los momentos clave. La sensibilidad, valor y el aplomo de Susie y Marcia que nos motivaron a dar más de lo que se esperaba o más de lo que creíamos que se podía.
Caminamos los siete con reverencia hacia la base misma de la gran roca. La atmósfera era única y especial. No había viento…Allí mismo hicimos silencio por unos minutos, y luego nos acercamos colocando las yemas de los dedos y la frente en contacto directo con el muro empezando a mantralizar los consabidos mantrams de AM-ON (palabra para activar los Discos Solares y alinearlos ). Estábamos en ese trabajo cuando sentimos que se abría un portal delante nuestro, y que a través de él éramos recibidos por la Dama de Luz quien abría su corazón compartiendo una luz intensa que nos atravesó, sintiendo con ello un intenso amor, una gran responsabilidad y compromiso de salvaguardar y representar al espíritu de la Tierra conservando su diversidad manteniendo el contacto con todos sus planos y niveles recuperando la capacidad de escuchar y sentir. Se nos pedía que siendo adultos volviéramos ha ser como niños viendo y sintiendo las entidades, dialogando y hasta jugando con ellas; que siendo gente de ciudad pudiéramos conducirnos y comulgar con la naturaleza como los pueblos indígenas sin perder la perspectiva, no por tradición o herencia sino por conciencia y elección.
Fue una luz o energía extraordinaria la que nos atravesó, sintiendo que algo poderoso e indefinible había entrado en nosotros y por otro lado, algo había salido o se había perdido o alejado. Tuvieron que pasar muchos minutos antes que pudiéramos reaccionar. Había sido algo tan diferente lo que allí vivimos y sentimos, pero a la vez tan real…
Francisco (Pancho) nos comentó después que se encontraba frente al muro vocalizando el Am-On en cada símbolo del disco solar de Paititi, y percibió que la energía o vibración alcanzada se le devolvía aumentada y multiplicada. Visualizó también la estrella de seis puntas en una caverna, y a continuación el símbolo de la Tierra, que es un círculo con una cruz de cuatro lados iguales en su interior, y después le vino la imagen del rostro corazón, acompañado de unas palabras que escucho que decían: “Ustedes son creadores de realidades”. Esto Francisco lo percibió relacionado con la sintonización de la gente en torno a un objetivo común.
Argenis se vio transportada fuera del planeta observando debajo la terrible contaminación de nuestro mundo. Después le siguió la imagen de un pájaro quejándose del aire contaminado. Luego el corazón de la Madre en forma de diamante Rosa se mostraba frente a ella, saliéndole luz de cada cara del cristal, sintiéndose envuelta por esa luz.
Marcia por su parte nos comentó que ella sintió una gran fuerza que la empujaba primero hacia adentro del muro, pero ella se resistía. Hasta que escuchó una voz dulce y melodiosa que le decía: ¡Hija, las puertas están abiertas! ¡Entra!. Sintió de inmediato que era la Dama de Luz la que la invitaba a avanzar. Y en la medida que daba pasos hacia delante se le iban apareciendo los rostros corazón. De pronto se encontró ella con la Dama de Luz en un recinto amplio e iluminado lleno de agua por todos lados, con la presencia en el lugar de guías y maestros. Incluso llegó a reconocer entre ellos a Joaquín (miembro de los Doce de Morlen).
En imágenes rápidas la Dama de Luz le mostró a Marcia todo el planeta como si lo viera del espacio, y se observaba la vida que deambulaba por sobre el cielo, en la Tierra y debajo de ella. Esta vida y sus almas eran representadas por esferitas de todos los tamaños y colores que se movían incesantemente por encima nuestro transportando información, sentimientos y emociones. La Dama tenía algo en sus manos, era algo entre rojizo y dorado. Era como un corazoncito en volumen y la Señora la invitaba a incorporarlo en su corazón.
Cuando salió del muro sintió que los símbolos contaban la vida en la Tierra y sobre todo, mostraban lo que podía llegar a pasar en nuestro mundo si hacíamos o dejábamos de hacer.
Susie por su parte nos comentó que como ella se crió en la selva del Ecuador, amando y conviviendo con los animales, allí se sentía rodeada de recuerdos muy gratos. Se sintió como cuando era niña donde aprendió a amar concientemente la naturaleza. Entonces le paso algo extraordinaria y es que escuchó el latido del corazón del planeta. Fue la misma experiencia que tuvo cinco años antes en el encuentro Mundial del 2005 en Moray (Cusco). Para ella de ahora en adelante todo sería hablar y comunicar con el corazón y desde el corazón en sintonía con el Gran Corazón Planetario.
Patries entró fácilmente con las mantralizaciones en el muro, de tal manera que mentalmente todo se le mostró blanco, pudiendo distinguir poco a poco como iba asomando una escalera que bajaba hacia el Corazón Cristal del Planeta. En ese momento sintió el apoyo de los grupos, de los guías, de la Hermandad Blanca y del Maestro Jesús que delante de ella extendió sus manos hacia los lados diciéndole.”¡Ábrete!...”A continuación ella recuerda que bajó hacia un salón blanco donde se encontraba el Gran Disco Solar, y escuchó a la Dama de luz decirle que ella era “GAIA! En ese instante Patries le ofreció su propio disco solar interior a la Madre. Fue allí como un intercambio de cristales que le activaron a Patries todos sus chakras, sintiendo ella cómo se iba transformando en un cristal preparándose para recibir algo supremamente intenso y comprometedor. A continuación se abrieron dos portales, uno hacia arriba y el otro hacia abajo simbolizando uno el Real Tiempo del Universo y el otro, la reconexión de los tiempos.
Daniel nos relató que capto cómo se abría el muro, pero que él no estaba allí. Que el se sentía como un águila mirándolo todo desde lo alto, y que después se iba transformando en diversos seres, observando y sintiendo lo que la Madre Tierra (su espíritu) le mostrara en sus distintas manifestaciones antes de dar a conocer su corazón cristal. Veía él hilos de plata que unían a cada especie, y a las especies entre si, eran como remolinos con las conexiones de cada ser o animal de éste mundo hasta llegar al corazón cristal interno que era algo vivo y pulsante (palpitante). Del muro salieron gotas que recorrieron sus brazos, sintiendo que él era como un guerrero que recibía la bendición y purificación de la señora o Madre.
Al pedirles al cabo de un rato a todos que nos retiráramos del muro, Daniel sintió profunda congoja al borde del llanto, pero pudo contenerse. Sintió incorporarse en su interior realmente el corazón cristal del planeta que latía dentro de él. Ese corazón del planeta que resonaba era como un canto con rayos de color plata, mostrándole cómo esta todo conectado entre si y que a diferencia de los demás seres nosotros debemos estar concientes de esa conexión para mantenerla, nutriéndonos de ese espíritu para conocerlo y representarlo protegiéndolo.
Con éste viaje se trabajo eficientemente en red, vinculando gran parte del planeta a través de la energía y el sentimiento de los grupos, de los discos solares, los hermanos mayores, de la vida misma en todo y en todos y de todas las conexiones posibles llegando a alcanzarse una gran vibración que nos sirvió para proyectar sobre nuestro mundo y materializar aquello que es característico de este lugar: “Donde se tiene el poder de hacer y desear”…
Sobre las 7 a.m. ya estábamos de vuelta en el campamento comentando con nuestros compañeros lo que había sido la experiencia desde donde nosotros nos encontrábamos, y escuchando de ellos cómo la habían vivido a la distancia. En ese momento un grupo de aves de gran tamaño aparecieron haciendo rápidamente círculos alrededor nuestro, viniendo de la dirección del cañón.
Luego de terminar de colocar la carga en los pequepeques, las tres embarcaciones se movilizaron por el río llevando la pesada carga y a ocho de nuestros compañeros bastante lastimados en sus rodillas y pies. Cinco fuimos los que caminamos de regreso acompañados de Miguel y Calixto, siguiendo las orillas, cruzando a pie los ríos o a veces entrando por la misma selva para cortar camino. Fue interesante verificar que la gente de los grupos de contacto a la distancia percibieron que Cristian, Jaime y Argenis estaban con problemas físicos en las piernas y los pies, por lo que venían irradiándolos con intensidad.
En el camino nos enteramos que hubo uno que otro accidente. El bote que solo llevaba la carga y dos machiguengas se volteó en un rápido, pero felizmente nada se perdió ni hubo ningún daño en las personas, cosa que si ocurrió en la otra embarcación donde por acercarse demasiado a la orilla, una espina de paca atravesó el hombro de Cristian. Curioso que esto le pasara a quien había puesto en todo el hombro, inspirándonos a los demás a dar lo mejor.
Para quienes volvíamos caminando, el camino se hacía interminable y extenuante. Mientras nuestros pies se lastimaban más y más por el agua, las piedras y las estacas en la jungla. Después de interminables horas cruzando la trocha que se introduce en los más profundo y oscuro de la jungla, llegamos al tambo.
Parecía increíble haber llegado .¿Cuantas caídas, cortes, clavadas de espinas y tropezones habíamos tenido en el camino de regreso? Tantas, que ya habíamos perdido la cuenta… Del Tambo ya nos quedaba relativamente cerca la aldea de Palotoa Teparo, donde los machiguengas tenían un equipo de radio aficionado. Necesitábamos que a través de la radio nos ayudaran ellos para conectar con la gente de Salvación para reservar el hotelito para todo el grupo y coordinar desde el Cusco el envío de la movilidad para que nos recogiera y llevara consigo de vuelta a la Ciudad Imperial. Infructuosamente intentamos una y otra vez la comunicación, pero esta lamentablemente no se lograba porque faltaba potencia al equipo, o las condiciones ambientales no estaban dadas. Además, el radioperador que hablaba poco español no terminaba de entender lo que le estábamos pidiendo.
Seguimos nuestro camino de regreso después de descansar un rato en la aldea. Pero esta vez ya subimos todos en las embarcaciones de los machiguengas para continuar por varias horas navegando por los ríos, aunque fueron muchos los momentos que tuvimos que bajarnos a empujar o a caminar paralelamente por las orillas.
Finalmente llegamos a 250 o también llamada Santa Cruz, donde la despedida fue muy emotiva con los machiguengas, quienes habían sido nuestros ángeles guardianes durante gran parte de la ruta.
En el puesto de control de guardaparques de Inrena dejamos constancia de nuestro abandono de la zona, habiendo entrado y salido de ella sin ningún percance serio.
Hubo que aguardar varias horas a la orilla de la ruta que viene de Salvación hacia Shintuya esperando la movilidad. Pero felizmente ésta llegó y nuevamente era una pareja la que nos conduciría, y luego otra pareja la que nos alojaría en Salvación. Todas esas interminables horas sirvieron para intercambiar experiencia entre los compañeros del grupo y reflexionar acerca del increíble viaje que ahora llegaba a su fin,
De vuelta en Cusco, Luis Amador Pimentel y los grupos de la ciudad imperial se reunieron con nosotros en el hotel, como para que les contáramos en directo lo que había sido el gran viaje de nuestras vidas. Al terminar el relato ellos nos “condecoraron” con unas medallas que tenían la forma del disco solar, lo cual nos conmovió a todos quedándoles profundamente agradecidos.
Como el mensaje era compartir, a los pocos días de haber vuelto a Lima me llegó la invitación del Congreso de la República para darles una conferencia sobre nuestro reciente viaje al Paititi. Esto sería en el salón Porras Barrenechea del Congreso, y allí asistirían congresistas y decanos de universidades vinculados a la ecología, recursos naturales y sector turismo. Pero, ¿cómo había llegado a gestarse semejante oportunidad y tan coincidente con la reciente experiencia? Pues resulta ser que cuando solicité a la señora Ketty Delgado de la compañía Turismo Inkaiko que nos ayudara a conseguir la movilidad para transportar al grupo y los equipos hacia el Manu, ella mostró especial interés en lo que íbamos a hacer y por la zona por donde nos movilizaríamos, de tal manera que posteriormente ella tuvo reuniones por su profesión con gente del Ministerio de Turismo y con congresistas a la que les comentó de nuestro periplo, y así surgió el interés como para que cuando me pudiesen ubicar a nuestro regreso, pudieran contar con mi presencia en una conferencia.
Y la conferencia se dio tal cual, siendo una gran oportunidad no solo para hablar de los atractivos del país, del turismo no convencional y esotérico, sino también del mensaje de contacto extraterrestre así como de la existencia de los intraterrestres y del verdadero mensaje del Paititi (“El Corazón del corazón”).Al final de la conferencia hubo muchos aplausos, y el interés de las autoridades y profesionales de que posara con ellas para la foto.
A las pocas semanas viajé a Turquía y participé en Estambul en un programa de CNN Turquía que lo vieron diez millones de personas. Fue una entrevista que me hicieron durante dos horas de 11 p.m. hasta 1 a.m. ,que despertó tanto interés que ya querían que volviese en Abril del 2011. Aprovechando que estaba en Turquía fui a Efeso, lugar de una de las siete iglesias que se mencionan en el Apocalipsis. Allí fuimos con un grupo de amigos a conocer la casa de la Virgen María, desenterrada en el siglo XIX gracias a las visiones proféticas de la vidente alemana Catherina Emerich, que después fueron corroboradas por la arqueología. Recordemos que Jesús mismo le pidió a Juan (“El discípulo amado”) que se hiciera cargo personalmente de la Virgen María. Y que Juan viajó a Asia Menor para su labor de predicación llevándose consigo a la Madre de Jesús.
Caminamos por las ruinas de la ciudad Greco-romana de Efeso donde tanto Juan como Pablo predicaron. Recorrimos el impresionante mercado, los baños romanos, la Gran Biblioteca, el impresionante teatro todos ellos rodeados de colinas rocosas y boscosas, y de allí fuimos a otro emplazamiento, el más antiguo de Efeso de la época Hitita que se llamaba “Apasa”. De un momento a otro estábamos en Apasa desde donde podía verse a la distancia la casa en las montañas de María...
Curiosa y coincidentemente el viaje al Paititi en Agosto fue bendecido por la única Altomisayo mujer de la tradición andina de chamanes Q´eros que es doña “María Apasa”. ¡Muy interesante!
También resultó interesante todo el asunto del rescate de los 33 mineros en la Mina San José en el norte de Chile, no sólo por la importancia esotérica del numero que sugiere balance y equilibrio, sino porque el primer minero rescatado se apellidaba “Avalos”, y dentro de la mina habían tres mineros con este apellido.
Precisamente, del último minero rescatado su madre dijo:” Yo lo parí trayéndolo a la vida, pero ahora la Madre Tierra lo ha vuelto a parir”, lo cual nos parece muy sugestivo después de haber vivido las experiencias con la Madre que tuvimos semanas antes. Y si nos ponemos a analizar los números que se manejaron en el rescate en Chile muchos de ellos suman o son 13, que recuerda los 13 compañeros que fuimos en este nuevo viaje al Paititi. Un número que refiere la muerte como transformación.

martes, 26 de octubre de 2010

EXPEDICIÓN AL PAITITI-Agosto 2010 (5TA. PARTE)

(Por Sixto Paz)

EL ENCUENTRO CON LA DAMA DE LUZ

“La ruta hacia el Paititi es un camino sin camino.
Vas contra la corriente todo el tiempo, como cuando en esta vida
procuras ser espiritual en un mundo materialista.
Frente a la diversidad de obstáculos y tropiezos,
el peligro esta en perder la concentración y en no estar en paz
y en armonía con uno mismo y con la naturaleza.”


En la meditación de la quebrada de la Cascada, pude percibir claramente que el holocausto Inca se fue gestando por acción de aquella fuerza oscura deseosa de castigar a una civilización por haber puesto al alcance de la gente el cristal verde del conocimiento, el mismo que revelaba las debilidades y errores extraterrestres en su contacto con la humanidad, mostrándolos en su justa dimensión. Los dioses perdían su condición sobrenatural y todopoderosa para aparecer como entidades muy humanas y llena de falencias.
Percibía en el lugar la presencia de un cristal verde que es algo que se menciona en muchas civilizaciones antiguas, a manera de un elemento activador de recuerdos. Y que no sería uno, sino muchos de estos cristales. Entre los conocidos estaría la gigantesca esmeralda (“Umiña) que la princesa Quilago de Quito entregara a Huayna Cápac como regalo de bodas, otro sería la piedra verde que cayó de la frente de Lug a la Tierra en las leyendas celtas. Quizás uno de los más conocidos cristales verdes son las Tablas Esmeralda de Thot el Atlante, y finalmente habría habido una piedra similar guardiana de entidades en la isla de Pascua. Veía en ese momento frente a aquella hermosa la caída de agua que esa pieza que llegó a manos de los incas completó informaciones que no convenían a aquellos seres deportados (ángeles caídos), por lo que no podían permitir que la humanidad manejara informaciones tan comprometedoras para ellos y liberadoras para nosotros.
Ya en los tiempos de Tùpac Tupanqui con los viajes a occidente y oriente se conectó con los cristales verdes de Pascua y los del Pantiacolla, eso dio mucho poder que fue usado finalmente en contra de quienes lo podían liberar.
Aquel día del ayuno, después de la tormenta y camino a la Cascada Lague, Cristian y Patries ascendieron la colina produciéndose de pronto una lluvia de hojas amarillas de los árboles, acompañada de un fuerte brisa que los envolvió. Cristian conmovido sintió que el tiempo se detenía, y que la dama de luz, presente en el lugar a través de las manifestaciones de la naturaleza les decía:
“¡Bienvenidos hijos de la luz! ¡Vuelvan a su mundo después de éste viaje con el corazón abierto y hablen… !
Sepan que ahora ustedes vuelven con el poder de hacer y desear…”

Día 15 de Agosto salimos a las 7 a.m. de la zona de la quebrada de la Cascada para seguir camino hacia Paititi. Nos habíamos levantado muy temprano por lo que rápidamente desarmamos el campamento y emprendimos la ruta en dirección hacia el segundo cañón llamado “Del Temple”, porque realmente lo templa a uno. Aquel paso entre montañas es mucho más peligroso que el Mecanto, aunque no es tan largo. Los grandes bloques de piedra caídos en el cauce del río Siskibenia estrechan la vía del agua dándole más violencia y fuerza, creando con ello violentos rápidos y remolinos. Varios fueron los del grupo que cruzando el río en esa parte cayeron al agua para luego levantarse completamente mojados y golpeados.
En todo el camino se multiplicaron por doquier las piedras en forma de corazón, de todos los tamaños y colores, escapando a todo índice de probabilidades. Y las formas de corazones aparecían hasta en los hongos adosados en los troncos de los árboles asi como en las hojas de los mismos. ¡Era increíble y mágico! Era un incesante mensaje de amor y todo lo que ello conlleva.
Fueron interminables horas avanzando por las orillas del río siempre que estas presentaran una playa para caminarlas, pero a veces ya no había orilla ni a un lado ni a otro, por lo que había que internarse en la selva, para lo cual Miguel y Calixto eran expertos guiándonos en la penumbra de la jungla. En el interior de la maleza más de una vez nos tropezábamos con las enredaderas o con los troncos caídos cayendo pesadamente entre las hojas secas que podían esconder puntiagudas estacas, nidos de hormigas o serpientes. Poco a poco nuestra ropa se iba rasgando con las ramas de los árboles y con las espinas que se multiplicaban por doquier, además de irse manchando con el musgo de los árboles y de las piedras. Los zapatos abiertos y cortados terminaban de darnos a todos un patético aspecto de náufragos abandonados.
En las grandes rocas se veía la arena con sus ondas petrificadas en los bloques fracturados y colocados en forma desordenada, señal inequívoca de la violencia de los cambios geológicos en la zona. Al lado del río había un árbol inmenso muy especial que extendía sus gruesas ramas hacia el agua como abrazando el curso de agua.
Aquel día después de mucho caminar llegamos a la zona de Paititi, pudiendo observar a la distancia, cómo se dibujada la silueta del gigantesco rostro de la montaña. Era la montaña del rostro que asemeja el perfil de una estatua de la Isla de Pascua (Moai), lo que recuerda como dije antes y lo reitero, que fue en tiempos del Inca Túpac Yupanqui que se llegó a la meseta del Pantiacolla y a la Isla de Pascua.
Llegamos a la zona propiamente del Paititi sobre las 2 p.m., también llamada de “Los Altares”, porque fue en ese lugar que Francisco en el año 2005 hizo el descubrimiento de dos gigantescas piedras altares incas de un color chocolate. Una de las cuales, vista de lado era un perfecto rostro indígena. Allí habíamos hallado también hace cinco años atrás un tramo de unos veinte metros de un camino inca bien dispuesto, asi como una gran maqueta de las montañas circundantes.
Fue para mí tremendamente desconcertante al llegar al lugar y contemplar los estragos producidos por las lluvias torrenciales e inundaciones de comienzos de año. Se veía que se había producido un aluvión que devasto la zona cubriendo las evidencias de la presencia Inca. Encontramos solo una de las piedras altar removida de su ubicación y el río dividido nuevamente en tres brazos, uno de ellos pegado a la montaña. Por todos lados se veían derrumbes y grandes piedras arrastradas. Ante la ausencia de playas elevadas de arena, hubo que establecer nuestro campamento en una isla formada entre el río principal y el brazo lateral derecho. Miguel y Calixto se encargaron de abrir un espacio de unos 20 metros cuadrados, desmalezando todo a su alrededor, apareciendo con ello multitud de insectos. Por descuido mío no había envuelto en mis medias la parte baja de mis pantalones, por lo que una araña más o menos grande entró sin darme yo cuenta por debajo de mi pantalón subiéndose rápidamente por la pierna, reaccionando instintivamente matándola dentro de mi ropa y en contacto con mi cuerpo, dejando una desagradable y viscosa gran mancha húmeda.
Comentaron nuestros guías indígenas que no estábamos solos, que teníamos compañía. Siempre por delante nuestro iban al parecer: dos hombres y una mujer “no contactados”, de origen machiguenga, pero primitivos, que iban dejando indicios de su presencia cazando y haciendo campamentos con fogatas.
Establecido nuestro campamento en un lugar lo más seguro frente a cualquier posible crecida del río, el grupo aprovechó para organizarse armando las carpas, lavando la ropa, tendiéndola y dándonos un refrescante baño en el río. Mientras hacíamos esto, a unos veinte metros del campamento se produjeron varios flashes de luz, concentrándose una energía que formó como un domo, que percibimos como un xendra (portal dimensional). Comentándolo con los compañeros como para tener varios testigos del hecho, me acerqué hacia aquella luminosidad. Aquí se produjo el primer contacto con la Dama de Luz, de quien percibí al entrar en el xendra que me decía:
-¡Tráemelos!

Me giré y fui en busca de los demás, avanzando primero con dos de los compañeros hacia la luz, mantralizando de manera ininterrumpida el mantram del disco solar AM-ON. Hugo y Jaime que habían sido los primeros en acompañarme, quedaron como envueltos en una esfera de luz, que se podía apreciar a la distancia y también se apreció un tubo de luz que descendía en ese sitio.
Con semejante presencia y energías, recepcionamos el siguiente mensaje:



Comunicación: 15.08.10
Lugar. Quebrada del Paititi
Antena: Tell-Elam
Preguntas:
¿Nos podrían dar el nombre y la clave musical del disco solar que se encuentra en el lugar llamado la Nevera en Rep. Dominicana?
¿Cuántos días debemos permanecer aquí y qué trabajos debemos realizar?
¿Qué debemos esperar de éste lugar?¿Cuáles son los pasos siguientes?
¿Qué nos pueden decir de la posibilidad de un contacto físico en éste lugar y momento?
¿Nos pueden precisar la ubicación de todos los discos solares?
¿Pueden darnos alguna confirmación con avistamientos en esta etapa del viaje?
¿Qué nos pueden decir del Encuentro Mundial para la Argentina del 2011?
¿Nos pueden dar pautas para los grupos del Ecuador?
¿Qué nos pueden adelantar de los posibles acontecimientos mundiales cercanos?
¿Qué nos pueden decir sobre la entrega del Libro de los de las Vestiduras Blancas?

Sí Oxalc, cerca de uds y con la presencia del Maestro Joaquín, uno de los Guardianes de los Retiros y miembro del Consejo de los Doce Menores de Morlen.
Amados hijos de la luz en el amor, ustedes tendrán de ahora en adelante acceso continuo al libro de las Vestiduras Blancas por cuanto han venido despertando conciencia y han crecido en el amor. Estos días en el Paititi les han significado recogimiento y purificación por el esfuerzo y el dolor en su caminar. Es simbólico pero a la vez es real. Todo esto les abrirá no solo los velos internos y la mente, sino el corazón en toda su dimensión.
Comentario:
El mapa del Paititi dice “aquí puede verse sin atajos”…Recordándonos la necesidad del esfuerzo y de la purificación que nos fue sensibilizando al máximo.

El que las puertas interdimensionales hayan sido removidas producto de la furia de los elementos, igual que el camino que habían ubicado es algo que les debe hacer entender que no están aquí en una expedición arqueológica sino de conexión interdimensional, en dónde todo es siempre como una primera vez y más de uno aquí podrá tener un contacto físico si se predisponen para ello, pero tendrán que enfrentar la prueba del extremo cansancio y esfuerzo físico al que están sometidos.
Comentario:
Era como una primera vez. El paisaje había cambiado completamente, de tal manera que debíamos romper todos los esquemas y preconceptos, abriéndonos a nuevas posibilidades. Tendríamos que estar atentos y sensibles para encontrar otra ruta a seguir.

Accedan al conocimiento entrando en contacto con él y con lo que significa. Esta en su ADN y a su alrededor en ésta tierra reservada por la Hermandad Blanca.
Todo esta vivo en vuestro mundo, no solo porque respira sino porque siente. No solo es importante saberlo. Nosotros lo sabemos pero hay que mantener los lazos dejando que la vida se manifieste a través de uds.
Comentario:
Se nos invitaba a una comunión con la naturaleza para lo cual debíamos reconciliarnos con ella, sentirla y dejar que se manifestara en nosotros. Parece fácil pero no lo es dejar de lado la mente para aperturarnos a un sin fin de nuevas posibilidades a través del sentir.

Cada uno de los discos solares como espejos interdimensionales se encuentran representados en el disco principal del Paititi, donde resuenan y vibran con el mismo mantram AM-ON. Y los nombres de los mismos están en relación con sus ubicaciones y no con una denominación especial. Son como pequeños corazones que deben mantenerse vibrantes que se complementan con el disco principal.
Comentario:
Asi como el disco de oro de Paititi, que simbolizaría el sol en la Tierra, tenía doce discos menores, allí en el viaje éramos trece personas que procedíamos de lugares en donde se encontraban algunos de dichos discos, por lo que teníamos que vibrar en unidad, sentimiento y sintonía.

Quédense hoy, mañana y pasado aquí en Paititi, y muy temprano, el cuarto día regrésense que serán siempre acompañados y guiados para que vuestro retorno sea más rápido y menos exigente. Así como en el viaje del año 2005 el tiempo de vuestro retorno no corresponderá al de vuestra venida, lo cual significará que siempre tendrán tiempo para actuar, corregir y modificar porque ahora tendrán el poder con ustedes para hacer y desear.
Comentario:
Aquí se nos precisaba el tiempo que tendríamos que permanecer en la zona, y lo que habría de hacerse y darse a continuación. Esto se cumplió tal cual a nuestro retorno, realizando las mismas distancias, con un peso similar, mayor cansancio y sin embargo en menos tiempo.

Hagan después un último trabajo en el muro de Pusharo cuando lleguen, sellando asi éste viaje y abriendo y abriéndose para que el portal les muestre el corazón y éste sea incorporado por los siete, y sea atestiguado por los seis, entendiendo lo que estos números significan: evolución sustentada por equilibrio y balance.
Comentario:
Este trabajo de los siete y de los seis (evolución y balance) fue reservado para el final, a nuestro regreso al muro de Pusharo. Habiéndonos predispuesto se produjo tal cual la incorporación en nosotros del corazón cristal del planeta, sintiendo que una energía extraordinaria salió del muro y nos atravesó integrándose en nosotros.

Ahora hagan caso y acepten la invitación de la Dama de Luz, Guardiana del lugar para ser evaluados y ábranse para que llegue hasta uds el conocimiento de la vida que ella les tiene reservado. Nada permanece sin cambios porque el cambio es evolución, y uds están cambiando con el viaje porque están descubriendo que no solo la misión los trajo aquí sino la vida misma, para comulgar con ella e identificarse con su espíritu para protegerla y salvaguardarla.
Comentario:
Estábamos allí para conectarnos con el espíritu planetario. Cada uno de los viajes anteriores nos había permitido llegar más allá, y recibir conocimiento e información, ahora se nos pedía vivenciarlo más en profundidad, abriéndonos a una experiencia diferente. Antes fue conocimiento, ahora era sentimiento en una comunión con la vida…

Ábranse al lugar y al momento, entonces verán con otros ojos seres y entidades de otros planos y dimensiones deseosos de hacerles llegar señales, mensajes, sentimientos y emociones. Estén atentos a todo porque todo les hablará.
Comentario:
Esto ocurrió tal como había sido advertido. Todo nos hablo y pudimos ver con otros ojos. El mensaje estaba a nuestro alrededor y simplemente había que estar atento y sensible.

Recuerden que están en el lugar de las posibilidades infinitas. Están preparados para todo ello, iniciarán a partir de ahora una cascada de transformaciones en sus vidas y en las vidas de todos aquellos a los que lleguen con el mensaje en vuestras palabras y sentimientos.
Comentario:
Aprovechamos el lugar para hacer todo lo que podíamos hacer por el planeta y la humanidad, sintiendo que siempre era más lo que se alcanzaba por el grado de sensibilización que estábamos alcanzando y el apoyo que sentíamos a la distancia a cada paso. Sabíamos que la comprensión llegaría con el paso de los días así como todas las respuestas.

Entraron concientemente y físicamente en otra dimensión manteniendo la conciencia de uno y otro plano, eso les permitirá de ahora en adelante mantenerse en esa simultaneidad.
Estén preparados para los contactos físicos que les harán ver cuan real y material puede llegar ha ser todo lo que creen y sienten. Predispónganse para todo lo que puede darse con ustedes de ahora en adelante.
Comentario:
Desde que uno llega a Pusharo, y luego cuando atraviesa el Mecanto percibe claramente como penetra en otras realidades, en un territorio controlado por fuerzas superiores (la Hermandad Blanca). Esta vez a pesar de lo duro del viaje tratamos de estar atentos y receptivos, en una permanente actitud de meditación. Entonces escuchamos, nos hablaron y dejamos fluir para saber cómo actuar y qué hacer.

Mañana y pasado miren al rostro de la montaña, verán algo especial cuando el sol lo ilumina. Con el rostro apareceremos y alli estaremos.
Comentario:
Mirando al rostro de la montaña temprano por la mañana este parecía con la luz del sol que se difuminaba. Es más, tratábamos de fotografiarlo y no salía. En algunas fotos salieron naves alrededor a pleno día.
Ya de regreso en Pusharo apareció en el cielo una nube reproduciendo exactamente el perfil de la montaña del Pantiacolla y de alli vino la nave que todos contemplamos. Venía del Mecanto y de la zona del Paititi, avanzando y deteniéndose como si se deslizara en el aire.

En la Argentina se procurará conseguir mayor unidad e integración para preservar aquella región del planeta, por ello durante el encuentro mundial conéctense con la Antártida y con las fuentes lemurianas. Los apoyaremos con nuestra presencia.
Comentario:
Los guias nos invitan a un encuentro mundial de contacto en Argentina, en la región de Ushuaia para el 2011, en donde tendríamos acceso a una información completa de la Lemuria.

Los discos solares están diseminados por el planeta y están siendo activados desde vuestro interior. El trabajo en ellos y con ellos tiene que hacerse libre de todo nacionalismo. En el viaje anterior del 2005 a este mismo lugar les orientamos sobre la ubicación de los mismos en el mundo. En otros mensajes y experiencias los grupos han recibido o contactado con el resto de ellos.
Comentario:
La activación planetaria es un compromiso de todos percibiendo nuestro mundo como una unidad, sin dividirla ni fragmentarla.

En Ecuador trabajen activando la magia del cambio, para que todo cambie realmente para bien y salgan a la luz todo lo que debe ser despertado y activado alli. Y no se desmoralicen porque se cierren puertas porque ellas esperan de uds voluntad y confianza para trasponerlas.
Comentario:
Los recientes acontecimientos a finales de Setiembre en el Ecuador parecieran confirmar este parte del mensaje.

Realmente con vuestra presencia aquí en Paititi se cierra una etapa. Ábranse a recibir el Libro de las Vestiduras Blancas abriendo sus mentes y corazones por que más que una historia o una profecía, es una revelación que se ha ido complementando con la que han de conectarse en cuarta dimensión. En ella esta la historia del Plan Cósmico, pero una historia que nos involucra a todos. Son pues muchas las revelaciones que se os tienen reservadas, antes de que todo cambié vertiginosamente. Y este mes y este viaje son claves para ello.
Comentario:
Este viaje fue por demás revelador porque nos mostraba cuan necesarios y útiles somos para los Hermanos Mayores, en cuanto a esperanza y a renacimiento. Ellos queriendo controlar todo en sus vidas y planetas, no solo perdieron la conexión con su espíritu planetario, sino que lo fueron matando hasta quedar ellos mismos muertos en vida. Por tanto, qué importante es nuestro mundo dentro del Plan Cósmico, por cuanto aquí aún la vida busca y puede comunicarse con la vida a múltiples niveles.
Con amor Oxalc.



“Corazones humildes,
Espíritus osados de poetas y aventureros,
hablando con el lenguaje del corazón.
Aquel lenguaje que sólo entiende el alma,
viviendo y enseñando la riqueza trascendente
del sentimiento que los une con el alma planetaria,
atreviéndose a llegar, cruzar, sentir, ver, encontrar y volver diferentes”.
(Joaquin)
Comentario:
Ciertamente volvimos diferentes, necesitados de silencio, pero a la vez paradójicamente de compartir un sentimiento superior y una gran responsabilidad. Este viaje nos hizo vencernos y superar límites, haciéndonos entender que una actitud positiva con mística puede superarlo todo, y que si los seres humanos nos unimos en un mismo propósito aunque éste sea inicialmente incomprensible, podemos lograr resultados trascendentales para todos en bien del planeta y de la humanidad.

Aquella noche nos acomodamos en las tiendas de campaña lo mejor posible para dormir. Por lo estrecho del claro del bosque que había sido despejado para el campamento, las carpas se encontraban ubicadas muy juntas una con la otra, de tal manera que a través de las paredes podías tocar al vecino. Estábamos agotados debido al excesivo cansancio provocado por la carga en nuestras espaldas, la caminata, los continuos cruces de río y el esfuerzo de concentración, de tal manera que todos nos acostamos casi al mismo tiempo.
Miguel el Huachipare le había comentado a Hugo, algo que él no nos había comentado a los demás: “A Sixto vienen a buscarlo”…
Estaba a punto de dormirme cuando de pronto escuché el ruido como un fuerte viento que movía la copa de los árboles con sus hojas. Luego ese susurro se convirtió como en la voz de una mujer muy definida que me llamaba. Quise incorporarme en la bolsa de dormir y atender dicha llamada, pero ni bien lo intenté, el cansancio excesivo me ganó y caía hacia atrás pesadamente, quedándome inmediatamente profundamente dormido. Sin embargo sentí claramente que algo salió de mi pecho, viéndome a mi mismo fuera de la tienda acercándome hacia la orilla del río encontrándome allí con un ser luminoso femenino bastante alto que me tomó de la mano y me condujo caminando sobre el agua del río hacia la jungla, hacia una gran gruta que se fue iluminando y en donde pude ver y tocar el “Libro de Los de las Vestiduras Blancas”, comprendiendo que en su primera lámina de metal decía: “El Libro de los que despertaron conciencia y amaron con el corazón”, y que este libro no sólo era el registro del Plan Cósmico aquí en la Tierra, sino que incluía la vida en los planetas de origen de los extraterrestres involucrados en nuestra historia, y como esos procesos se habían ligado desde un principio entre si.
El tercer día llegaría a recordar lo que viví, sentí y me dijeron esa noche.
La Dama de Luz me hizo colocar una mano en el libro y otra en su pecho a la altura de su corazón sintiendo y entendiendo cómo las civilizaciones extraterrestres altamente desarrolladas, en su afán de controlarlo y dominarlo todo fueron llegando a crear hermosos paraísos sin alma, por cuanto al ir dejando de lado los sentimientos y las emociones, fueron perdiendo el contacto con su espíritu planetario a tal punto que este desapareció totalmente, produciéndose como una desaparición (muerte simbólica) de esa energía. Y que ahora que nos acercamos a la reconexión de los tiempos, los extraterrestres en contacto con nosotros, necesitaban que encarnáramos ese espíritu planetario, viviendo una profunda reconexión con el corazón cristal de la madre Tierra, para que asi a través nuestro pudieran vivirlo y sentirlo ellos en toda su dimensión.
Ciertamente a través de los pueblos indígenas ligados con la Tierra ya esta conexión existe y se mantiene a duras penas, pero los visitantes necesitaban que nosotros que aún no lo hemos terminado de perder del todo, nos abriéramos a recuperarla para ellos poderlo recuperar también. Se procuraba entonces una conexión con la esencia de la vida, más allá de lo intelectual y racional, una experiencia profunda de compenetración con la Divinidad en medio de la naturaleza más salvaje, en donde nos uniéramos con el espíritu planetario y fuéramos uno con el, llegando ha ser él en nosotros.
En la visión tenía la imagen de cantidad de esferas de colores que se elevaban desde el suelo del bosque, y se alzaban por ambos lados de mi cuerpo, mutando hasta convertirse en rostros corazón que pasaban rozándome como si lo besaran y en ese suave contacto extrajeran algo de mi, pero no dejándome sin algo o quitándomelo, sino como compartiendo.
Cuando me desperté por la mañana recordaba parte de esta extraordinaria experiencia, y sentía la necesidad de compartirlo con los demás. Grande fue mi sorpresa cuando Nimer, compañero en la tienda de campaña me confirmó que me había visto salir físicamente de la tienda abriendo el cierre de la puerta. El se desconcertó cuando le dije que no lo había hecho. Luego Hugo que estaba en la tienda de al lado confirmó también que me escuchó salir y hablar en la orilla del río con alguien. Lo curioso es que tanto Nimer como los demás compañeros queriendo salir de las tiendas y acompañarme, les pasó lo mismo que a mi, cayendo inexplicablemente y sin poderlo controlar en un profundo sueño.
El día 16 amanecimos todos muy temprano bien descansados y aprovechamos para hacer los comentarios de nuestros sueños, y allí fue que mencioné lo que me había pasado en la noche. Entonces surgieron los comentarios de los demás, que decían que estaban convencidos de que yo realmente de forma física había salido de mi carpa porque me habían sentido y escuchado.
Luego de un desayuno frugal conversamos con nuestros guías indígenas sobre nuestra pretensión de ingresar en el corazón mismo de la selva y alcanzar a como diera lugar la montaña del rostro. Ellos nos indicaron que si íbamos a continuar avanzando lo hiciéramos siguiendo el lado derecho del río, pero que ya no se ofrecían a acompañarnos más allá porque sentían que no les correspondía. Se les veía que estaban realmente intimidados por algo del lugar que no lograban entender.
Quien se puso al frente de la expedición fue Cristian, y los demás le seguimos llegando a encontrar él como a unos quinientos metros del campamento, una hermosa piedra grande tallada de forma triangular, con otro triángulo en su interior en altorrelieve. Se veía claramente que aquella piedra era trabajada y que funcionaba como un marcador señalando una dirección que terminó llevándonos hacia una cascada. Previamente aprovechamos que nos encontrábamos bajo la montaña del rostro para tomarnos fotos allí, pero el rostro extrañamente aparecía y desaparecía por la brillantez de la luz del día.
Cristian que iba por delante ubicó la caída de agua brotando de la selva y nos motivó a continuación a todos a subir por entre las rocas hacia la parte alta. No terminó de sugerirlo cuando las damas presentes ya se habían encaramado en el lugar e iban presurosamente por delante de todos nosotros. Fue inexplicable esta necesidad compulsiva de las damas del grupo de ir casi corriendo hacia la selva, trepando por la caída de agua. Todas a excepción de Argenis, quien sintió hacer una mesa de ofrendas a la madre Tierra y pedir permiso en nombre de todos, protegiendo al grupo que estaba subiendo. Quien se quedó a acompañarla apoyando fue Johnny.
En la medida que íbamos ascendiendo la colina siguiendo el curso de agua, empezaron a asomar las evidencias de un pasado glorioso y ancestral. A diestra y siniestra se podían observar las piedras trabajadas con ángulos rectos en restos de muros y escaleras de estilo inca con bloques de fina textura. Y en la medida que el grupo se adentraba en el monte, el ambiente se transformaba dando la sensación de que estábamos ingresando en un gran templo espiritual, santuario del agua y de las energías de la naturaleza.
Realmente avanzamos mucho y muy rápido sin temor alguno, muy sensibilizados como si hubiésemos vuelto a un lugar conocido y acogedor. Se percibía que aquel lugar era un punto energético de sanación planetario, donde todo se veía potenciado. Caminábamos con insospechada agilidad por un mar de bloques pétreos con cortes perfectos rodeados de lianas y poderosas raíces de árboles. Una y otra vez subíamos y bajábamos al lado de restos de muros y escaleras envueltos por la espesura. Pero llego un momento en que ya no continuamos. Las mujeres del grupo como que se detuvieron recordándonos a todos de que no estábamos completos. Nimer algo lastimado se había quedado en el campamento recuperándose, y Argenis y Johnny tampoco estaban con nosotros pues ellos permanecían ubicados en donde hallamos la entrada por la cascada, por lo que decidimos volver, y regresar al mismo lugar al día siguiente, pero acompañados de todos.
Emprendimos la marcha de regreso con una gran alegría por haber hallado el camino que nos había llevado tan cerca de la montaña del rostro, y por las evidencias de muros y edificios que habían por doquier, sabiendo que estábamos a un paso de concretar todas las posibles expectativas del viaje, y porque nos sentíamos observados en todo momento pero por una presencia acogedora y benévola, hasta diríamos amorosa. Era inexplicable haber entrado solos en la selva sin temor alguno sintiéndonos completamente seguros y protegidos.
Ya en el campamento le comentamos a Nimer el descubrimiento de esta ruta, lo cual él celebró con gran alegría y entusiasmo. Nuestros guías indígenas estaban también muy interesados en saber cómo nos había ido. Nos confesaron a continuación de que a pesar de que buscaron posibles entradas en la selva, ésta como que en ese lugar se les había cerrado a ellos.
Después de bañarnos en el río para aplacar el calor y hacer una lavada de ropa sucia, nos preparamos para hacer meditación, de tal manera que de forma consecutiva esa noche volvió a materializarse el xendra percibiendo nuevamente en el interior de éste la presencia de la Madre. En el xendra claramente recordé y sentí lo que trece años antes los guías habían comentado en la experiencia del contacto con el Real Tiempo del Universo, y esto era de que su gran desarrollo mental les había llevado a perder su conexión con su propio espíritu planetario habiendo dejado como morir ese mismo espíritu, estancándose evolutivamente.
El día 17 nos levantamos con las primeras luces de la mañana para ir nuevamente a la cascada pero todos juntos. Nuestros guías se quedaron una vez más en el campamento, mientras nosotros emprendíamos bajo un intenso sol la caminata hacia las ruinas de la ciudad perdida. No cabíamos en nuestro entusiasmo y expectación, y así lo manifestábamos a nuestros compañeros mientras avanzábamos por entre el mar de piedras, troncos caídos y charcos que se reproducían a nuestro alrededor. Pasamos por el lugar donde se veía completo el rostro de la montaña, y siguiendo hacia delante, no muy lejos ubicamos la cascada subiendo esta vez todos por ella en una actitud de reverencia y respeto. Después de mucho caminar por un paisaje de ensueño rebosante de belleza natural, alcanzamos a estar muy cerca de la pared de roca del rostro de la montaña encontrándonos con parte de la misma cascada reproduciendo un hermoso recodo. En ese lugar extraordinario Patries y Cristian me pidieron que en nombre de todos bendijera su relación, ya que ellos se habían conocido y enamorado en el viaje anterior a Paititi en el 2005.
Coincidentemente algunas personas de los grupos a nivel mundial me habían reiterado la visión de un triángulo equilátero sobre un lecho de arena, y la presencia en un trabajo especial de dos hombres y una mujer en el Paititi, mientras se escuchaba un canto como de muchos niños. Y que uno de esos dos hombres sería yo. Pues esto se dio al hacer la ceremonia del matrimonio de nuestros compañeros en el lugar, donde ellos se unieron espiritualmente delante de todos nosotros como testigos. Era muy significativa esta situación porque en el mapa del Paititi, precisamente en la parte central como ya sabemos destaca un guerrero (el que se vence a si mismo), su mujer (la que lleva en si misma las fuerzas de la creación) y su perro (fidelidad), y esto se reiteró una y otra vez al haber estado acompañados todo el tiempo por parejas como símbolo de integración y unidad de la familia humana como fue con el caso de quienes nos trajeron en los buses o quienes nos guiaron hasta allí…Recordemos también que el mapa cita: ”(…) Y el poeta tal vez pueda abrir la puerta, cerrada desde antiguo del más purísimo amor”…
Pero, ¿quién es el poeta sino aquel que inspirado por su amada o amado es capaz de todo por entregar su amor? Esta capacidad potenciada hace que la persona supere todo obstáculo, haga y logre cosas que en condiciones normales jamás se habría propuesto o nunca hubiese conseguido. Pues allí estábamos todos por amor a la vida, al planeta y a la humanidad superando nuestros límites, enfrentando el cansancio, la resistencia y cualquier temor.
Luego jocosamente Nimer comentó:
-¡Este es el matrimonio más lejos al que me han invitado y al que peor vestido he asistido!
Terminada la ceremonia nos dimos abrazos con los novios, y luego sintiéndonos conmovidos por una presencia luminosa en el lugar que se podía percibir, nos dispusimos en posición y actitud de meditación, percibiendo poco a poco como se iba definiendo la clara presencia de “La Dama de Luz”. Era una presencia extremadamente luminosa que conmovía y emocionaba. El bosque frondoso e intrincado, hasta hacía unos minutos envuelto en una ligera penumbra tomó la claridad del día más radiante.


Marcia capto que la Dama le decía:”Ustedes son la esperanza y la vida”.
Cristian comentó después que el sintió de que estábamos rodeados de seres y entidades de luz.
Durante la meditación recordé lo que había vivido aquella primera noche en Paititi cuando salí en una bilocación no pudiendo acompañar con mi cuerpo el desplazamiento por el excesivo cansancio. En la experiencia nocturna estaba la Dama de Luz extendiendo su mano hacia mi desde la orilla del río, llevándome a continuación hacia el interior de la montaña dentro de una caverna iluminada, haciéndome ver el Libro de las Vestiduras Blancas donde podía apreciar el “Rostro Corazón” con múltiples variaciones, pasando de ser un rostro dentro de un corazón, a un solo círculo con ojos o a tan solo círculos concéntricos. Sentía entonces que ello simbolizaba el corazón cristal del planeta, que no es otra cosa que la vida de nuestro mundo; una energía vital conciente alimentada por cada una de las especies, seres y entidades que moran en nuestro mundo, en donde todos nos retroalimentamos mutuamente en un aprendizaje continuo que nos conduce hacia nuestro centro, haciéndonos ser parte conciente de la unidad. En el mismo libro se incluía la historia de la muerte simbólica del espíritu planetario de las civilizaciones tecnológicas, al haber desaparecido la conexión con sus respectivos corazones. En aquellos mundos en un afán de controlarlo todo, habían acabado de cierta manera con la diversidad y la dinámica natural perdiendo toda conexión y dejando sus mundos como muertos en vida, sin espíritu visible. De tal manera que su atención sobre nosotros no sólo tiene que ver con nuestros sentimientos y emociones, sino con la vida misma.
Daniel comento luego que la Dama de Luz le pedía que conectáramos todos los corazones con ese lugar.
Cristian recibió de la Dama de luz que le reiteraban el mensaje:”Vuelvan a su mundo con el corazón abierto y hablen”…
Francisco vio a un gigante extraterrestre como de tres metros de altura alrededor nuestro, como apoyando lo que estábamos haciendo y haciéndole sentir que valoraba nuestra presencia alli.
Ciertamente se sentían en el ambiente la presencia de un sin fin de entidades en una especie de catedral del alma. La naturaleza misma nos había permitido llegar hasta alli que era el santuario de la Tierra para comulgar con su esencia y conectarnos con el Real Tiempo aportando vida y esperanza.
De regreso en el campamento, ni bien empezó a oscurecer escuchamos todos a cantidad de gente mantralizando o cantando. ¡Era impresionante!...Estas voces venían en dirección de la cascada. Miguel, visiblemente asustado nos preguntaba temeroso ¿de dónde venían esas voces ? y ¿ quienes eran?... Nosotros le tranquilizamos diciéndole que era toda la gente que en el mundo estaba pensando en nosotros, y que estaba conectada con nuestro viaje.
Aquella tercera noche en Paititi Daniel tuvo la misma experiencia que yo con la Dama de Luz. Estaba él entre dormido y despierto, cuando de pronto se vio a si mismo en la orilla del río delante de la dama de luz y de un maestro de túnica blanca que lo llevaban a un lugar luminoso. Pero al despertarse no recordaba nada más.
Dia 18 de Agosto, al amanecer empezamos a desarmar el campamento para iniciar el regreso a Pusharo. Rápidamente nos alistamos, y con todos los equipos a cuestas retomamos la marcha después de haber estado dos dias efectivos sin tener que cargar con las mochilas. Nos pusimos en camino siempre en fila india llevando a Miguel por delante y Calixto por detrás, aunque a veces se turnaban posiciones ellos. Sabíamos que el Cañón del Temple era una de las partes más problemáticas asi que nos hacíamos la idea de lo que nos esperaba. Fueron largas y extenuantes horas entrando y saliendo del río alcanzando una y otra orilla, alternando por peligrosos cruces dentro de la selva misma por zonas fangosas y pantanosas en donde como en la venida, debíamos trepar por gigantescos troncos caídos en gran parte podridos y llenos de termitas u hormigas, debiendo tener cuidado con las espinas, las enredaderas que sujetaban nuestros pies haciéndonos caer en medio de puntiagudas estacas.
En un momento de la ruta habían quedado atrás tres de nuestros compañeros que se estaban ayudando mutuamente a cruzar una parte muy peligrosa y traicionera del río, cuando los guías indígenas nos llamaron la atención a los demás. Estábamos descansando sobre unas piedras tratando de recuperarnos un poco de la fuerte y exigente jornada. Asi que les hicimos caso mirando en dirección de nuestros compañeros rezagados. Fue entonces que contemplamos extasiados la impactante presencia a la distancia de una silueta gigantesca femenina materializándose entre los árboles. Realmente entre las hojas de los árboles iluminadas por el sol se iba dibujando claramente un inmenso cuerpo femenino. Pero no sólo era lo que veíamos sino lo que se nos permitió sentir en ese momento, que fue una felicidad y plenitud inmensa. Eran exactamente las 3.33 p.m. del día 18, que suma 9 y que es 3+3+3.
Aquella aparición fue un bálsamo para el agotamiento que teníamos, produciendo en nosotros aliento como para continuar. No sólo nos sentíamos acogidos, sino también protegidos por la Dama de Luz o La Madre que es el mismo Espíritu Planetario de la Tierra. Para nosotros la naturaleza aquella tarde de nuestro regreso tomaba forma y vida en esa imagen gigantesca de una mujer llena de vitalidad y belleza, para demostrarnos que iba con nosotros y en nosotros.
Después de mucho caminar llegamos a una zona llena de piedras que había servido de campamento a los “no contactados”, aprovechando esa ubicación para instalarnos, debiendo para ello remover cantidad de piedras para ubicar las carpas, lo cual no fue nada fácil. Lo hicimos contra reloj con los cuerpos mojados porque la tarde se nos venía encima, y estaba oscureciendo vertiginosamente.
Luego de cambiarnos, cenamos comida caliente y realizamos la meditación nocturna, para luego pasar al sueño reparador que nos ayudo a poner los pensamientos en su lugar...

viernes, 1 de octubre de 2010

EXPEDICIÓN AL PAITITI-Agosto 2010 (4TA. PARTE)

(Por Sixto Paz)

LA RUTA PROHIBIDA

“En las selvas del Manu hay un misterioso y peligroso cañón llamado Mecanto. Por éste cañón discurre con gran fuerza y constancia el río Siskibenia, flanqueado por paredes verticales y aguas llenas de rápidos con fuerte corriente que forman amenazantes remolinos, haciéndolo prácticamente intransitable. Según las leyendas locales, dicho paso esta resguardado por una mujer vestida de blanco, que es el mismísimo espíritu de la Tierra. Ella determina quienes pueden cruzarlo y sobrevivir en el intento. El Mecanto es la puerta hacia otra realidad….”

Cuando estábamos en el proceso de selección de las doce personas que me acompañarían al viaje del Paititi 2010, y debíamos completar el número, surgió el invitar a Marcia de Ávila de los grupos de Montevideo, Uruguay. Cuando se le comunicó la noticia de que sería incluida en el grupo de la expedición, compartió un bellísimo dibujo que había hecho poco antes, en donde sin saber que sería tomada en cuenta, había puesto a la Dama de Luz, una mujer joven de túnica delante de la puerta de Paititi. En esos días viajé para la Argentina, y al llegar a Trelew el grupo organizador de mis eventos había previsto una entrevista de televisión muy temprano en la mañana. Aparecí entonces en una entrevista anunciando la conferencia que daría por la noche en el auditorio del Diario el Chubut. Durante la entrevista conversamos con el presentador de lo que ha sido mi experiencia de todos estos años.
A media mañana cuando fuimos a hacer el reconocimiento del local, el director le encargó al dibujante del periódico que nos lo mostrara, y mientras conversábamos con él cuyo nombre es Carlos García, argentino de padres uruguayos, me reconoció como la persona que había estado en la entrevista de la televisión en la mañana, y fue de inmediato a su oficina y trajo un dibujo que había hecho cuando me escucho hablar de nuestros contactos, y era ¡un dibujo similar al que había hecho Marcia! En él aparecía la Dama de Luz como una mujer joven de túnica con una espada pasando al lado de la puerta. Le pregunté entonces de dónde había tomado esa figura o por qué la había dibujado. Pero el sólo me dijo que era lo que había sentido cuando yo estaba hablando en la entrevista. Quedé gratamente impresionado al comprobar las sincronías y confirmaciones.
Al arribar al Cusco el día 7 de Agosto de regreso de sobrevolar las líneas de Nazca me encontré con mis compañeros en el aeropuerto. En el mismo vuelo habíamos viajado Nimer Obregón (Lima, Perú) y yo.
Llegados a la ciudad imperial recibí la llamada de una amiga nuestra y dueña de una Agencia de Turismo, la señora Ketty Delgado a quien quince días antes le había encargado que nos averiguara de una movilidad, que pudiera hacer la ruta Cusco al Km 250, localidad de Santa Cruz ida y vuelta. Ella me consulto si es que ya había encontrado movilidad, porque ella tenía la persona en el Cusco que nos podía hacer el servicio. Le agradecí su gestión y le dije que le confirmaría al rato porque tenía que coordinar con las personas encargadas para ello.
Cuando hablé con los compañeros comisionados noté los rostros apesadumbrados de Francisco Sosa (Huancayo, Perú) y de Daniel Lague (Lima, Perú), quienes estaban a cargo de coordinar lo relativo a la movilidad que llevaría al grupo y la carga hacia el Manu. Por más que habían hablado con diversas empresas estas les habían cancelado una tras otra, de tal manera que no habían tenido fortuna, y faltando un día para el viaje, ¡aún no teníamos movilidad!. De inmediato los tranquilicé haciéndoles saber de la buena nueva del ofrecimiento de Doña Ketty. Ellos naturalmente se pusieron muy contentos. De inmediato llamé por teléfono a Turismo Inkaiko, empresa de Doña Ketty y me dieron los datos del dueño de la movilidad, y me informaron que a partir de las 6 p.m me esperaba el dueño de los buses en su oficina para hacer el contrato y efectuar el pago del 50%. El dueño se llamaba: ¡Julio Avalos!
En las selvas del Manu hay un misterioso y peligroso cañón llamado Mecanto. Por éste cañón discurre con gran fuerza y constancia el río Siskibenia, flanqueado por paredes verticales y aguas llenas de rápidos con fuerte corriente que forman amenazantes remolinos, haciéndolo prácticamente intransitable. Según las leyendas locales, dicho paso está resguardado por una mujer vestida de blanco, que es el mismísimo espíritu de la Tierra. Ella determina quienes pueden cruzarlo y sobrevivir en el intento.
El Mecanto es la puerta hacia otra realidad…La mujer de luz es llamada “La Mujer de Davalos”, recordando que Dávalos es un apellido de origen español (Navarro), y a su vez, tiene un origen godo o más antiguo celta que nos hace recordar el mito del rey Arturo de Bretaña y la legendaria “Avalon”.
Es mundialmente conocida la historia del rey Arturo quien logró extraer la espada “Excalibur” de la roca donde Merlín la había clavado hasta que apareciera quien siendo justo y verdadero, fuese capaz de gobernarse y gobernar a los demás. Esta espada recibida por Merlín de la Dama (ondina) del lago era un símbolo de la lealtad del reino de las hadas hacia el potencial humano, que es entregada a aquel que siendo elegido por sus cualidades, ha sabido comulgar con la naturaleza con verdad y justicia, para que a discreción se la facilite a quien está aprendiendo y enseñando a su vez a vivir, crecer, y amar (Merlín y Arturo). Esta espada daba autoridad, poder y fuerza para superar los obstáculos aparentemente infranqueables.
Arturo llega a enfrentar las sombras de la traición y de la infidelidad en su propia esposa (aunque él mismo no tenía una vida muy correcta en ese sentido), y cómo todo ello, por ley de causa–efecto arrastra una terrible situación que desencadenó el ataque artero de las fuerzas tenebrosas, llevando a la aparición en escena del simbólico Santo Grial.
En la leyenda del Grial escrita en el siglo XII por Chrétien de Troyes, el caballero Percival, miembro de la Tabla Redonda cabalga durante mucho tiempo buscando la cura de la enfermedad de Arturo (la frustración, la decepción y el rencor), que ha sumido al reino en el abandono y la infertilidad. En su largo recorrido atraviesa bosques y montañas hasta que encuentra un río, y en el, una barca con dos hombres, uno de los cuales esta pescando. Percival les pregunta por donde sigue el camino y como puede cruzar el río. Pero el pescador le dice que no hay forma de cruzar a caballo el río, pero que no muy lejos de allí hay una grieta en la roca por donde puede llegar a lo alto de una colina donde encontrará un casa donde cobijarse.
Después de agradecer busca la grieta y la encuentra llegando no a una casa, sino a un castillo al cual entra cruzando un puente levadizo. De pronto se da cuenta que ve cosas que antes no podía, y que ha llegado al mismo Castillo del Grial. Una vez dentro recibe la bienvenida del señor del castillo, que resulta ser el mismo pescador del río, pero ahora bajo la apariencia de un rey enfermo por una grave herida. Percival esta delante de lo que ha dejado y no se da cuenta; ha vuelto al mismo lugar del que salió pero en otra dimensión... Es invitado a continuación a un festín, donde se le tributan todo tipo de honores y observa durante el banquete el desfile del cortejo del Grial. Primero ingresa un paje que porta entre sus manos una lanza manchada con sangre (la traición y el sufrimiento), luego vienen dos pajes más llevando entre sus manos un candelabro con velas encendidas (la luz de la conciencia despierta y vigilante) y con ellos una hermosa dama, portando una luminosa y resplandeciente copa. Detrás de ella viene otra dama con una fuente de plata (la intuición de la hay que servirse). Esta escena se repite una y otra vez, sin que Percival haga otra cosa que seguir comiendo. El esta dormido (no conciente) y cansado (tedio, aburrimiento), aún no ha despertado de su inconciencia. Busca y no sabe realmente lo que busca, por lo que difícilmente puede percatarse cuando lo encuentre. Mira pero no ve, porque aún no es su tiempo.
El caballero desaprovecha la oportunidad de preguntarle al anfitrión el motivo del cortejo, o el origen de su herida. Es más, terminada la cena, Percival mantiene una conversación intrascendente con el rey, hasta que se va a dormir.
Al día siguiente al despertar se encuentra que las puertas del castillo están cerradas y él esta fuera, en el patio de armas. El puente levadizo que cruza el foso felizmente esta bajado, encuentra fuera su caballo ensillado y sus armas apoyadas en el muro. Aunque llama varias veces a la puerta no hay respuesta alguna, y al tratar de cruzar el puente una vez más, este se levanta arrojándolo con caballo y todo al foso. Molesto, grita pero el castillo completo desaparece delante de sus ojos. Y aunque va a vagar por el bosque durante años buscando nuevamente el Castillo del Grial, no lo vuelve a hallar hasta que logre la actitud adecuada.
En el simbolismo de la historia, el rey herido cuyo reino es un campo yermo y seco (simbolismo del universo estancado y de la terrible noche oscura de la humanidad), sólo puede ser curado si un caballero encuentra el castillo (su propia fortaleza interna). Esto es que nos fortalezcamos y nos percatemos del lugar y el momento actual como la gran oportunidad que brinda el estar cerca del fin del ciclo de oscuridad. El llegar a ver el Grial que es el amor desprendido, solidario y a la vez el cáliz del perdón, simboliza el conocimiento de lo que se nos pide y de lo que se necesita para ayudar al rey (la humanidad) para que supere el estado en que se encuentra. Y es que estamos en la actualidad enfermos de resentimientos, rencores y sentimientos de culpa. Todo esto exige que solidariamente seamos lo suficientemente concientes como para formular las preguntas correctas como son: «¿Qué os aflige?» y «¿A quién sirve el Grial?. Hasta que su reino se cure (por el perdón y la compasión), su reino permanecerá arruinado. Este simbolismo también debe extenderse a nuestro mundo que está siendo devastado por el egoísmo, el odio y los rencores. Por ello, si no aprendemos a protegerlo (al planeta) con amor no tendrá esperanza alguna.
El propio ser humano, sumergido en la crisis del pesimismo, la depresión, la frustración y hasta los sentimientos de culpa a los que tanto han contribuido las religiones, debe recordar aquella ley universal que dice: “que a toda fuerza se le opone otra contraria de igual intensidad”. Si el rol de la humanidad es importante en el concierto de los mundos, va ha haber una fuerza poderosa tratando de neutralizarlo; y qué mejor que enfermando al ser humano con desaliento y desesperanza.
Todos podemos ser curados. El Grial, que simboliza perdonarnos y perdonar puede curarnos, pero hay que saber encontrar al Grial, y no perder de vista su significado; y al encontrarlo, saberlo entender aplicando su significado, para que con la actitud correcta podamos responder a sus exigencias...
Volviendo a la mujer de Dávalos, podemos jugar con las palabras y así tendríamos que la mujer de luz sería aquella que “Da el aval a los”...que cruzan o no el cañón.
Con don Julio Ávalos al parecer ya teníamos el tercer aval para ir a la zona, porque el primero habían sido las comunicaciones confirmadas de los guías, el segundo, las bendiciones de los maestros Q`eros. Pero cuando por la tarde llegamos a las oficinas de Don Julio, nos encontramos que él había entendido mal la ruta, pensando que era hacia Puerto Maldonado por la nueva carretera internacional, y lamentablemente sus buses no estaban preparados para ir por el trayecto hacia Shintuya que es por caminos de tierra y piedras, que en ciertos lugares es una simple huella que araña profundos abismos. Al insistirle si él nos podía ayudar a través de un amigo suyo que pudiera hacer ese servicio, él nos confirmó que tenía un amigo que quizás podía solucionarnos nuestra necesidad. Y delante nuestro lo llamó por teléfono, y todo iba muy bien porque ésta otra persona conocía la ruta, hasta que Don Julio le confirmó que el viaje era para el día siguiente. Allí nos dijo que ese día no tenía autos disponibles.
Todo parecía complicarse más y más, cerrándose las puertas. Entonces sentí insistirles a ambos preguntándoles por otra persona que pudiese hacer ese viaje, alquilándonos la movilidad. La persona del teléfono le dio el dato a Don Julio para que llamara a Don Wilbert Nieto que también tenía buses que cubrían ese trayecto. Lo llamaron y contesto que si podía hacer el viaje al día siguiente 8 de agosto, siempre y cuando fuéramos inmediatamente a sus oficinas para concretarlo, la dirección era en ¡el pasaje OVNI !, E -1, Urbanización Kennedy allí en el Cusco. Al escuchar la dirección nos sorprendimos sin poderlo creer.
El señor Ávalos fue por así decirlo el aval (intermediario) y finalmente Don Wilbert Nieto nos alquilo la movilidad que estuvo muy temprano por la mañana en la puerta misma del hotel para recogernos.
El hotel cerca del mercado del Cusco era un lugar cómodo de varios pisos aunque carecía de ascensor, por lo que lo duro era para quienes estaban alojados en los pisos altos, por el esfuerzo que suponía subir y bajar las escaleras con mochilas, o sin ellas, pero igualmente hacerlo una y otra vez era extenuante ya que la altitud puede producir apunamiento o mal de altura.
En el recibidor o lobby había en la pared una reproducción del disco solar, el llamado disco de Echenique por cuanto era una placa circular que se le fue obsequiada al presidente Rufino Echenique en 1863, que representaba al sol con rostro de jaguar. Recordemos que el jaguar encarnaba a la Tierra y al mundo de aquí (Kay Paccha) en la cosmogonía andina, y al ser el rostro del sol un jaguar, este terminaba simbolizando: ¡el sol en la Tierra! (¡Lo mismo que significa para nosotros en el contacto la palabra Rama!) ... La imagen original esta en la actualidad en la caja fuerte del Museo de la Cultura de las Indias en Nueva York, inexplicablemente oculta y sin ser exhibida al público. Hay quienes relacionan la imagen de este disco como una reproducción o copia de la época inca de una de las caras de la grandiosa figura que estaba en el Coricancha. La copia más pequeña que la original se encontraba en el Poqen Cancha, la pinacoteca cuzqueña donde se registraba la historia de los Incas. El disco original del Templo Mayor del Sol le tocó en el reparto del botín del Cusco a Mancio Sierra de Leguízamo. Un soldado bebedor que lo jugó a los dados una noche y al amanecer la pieza de gran tamaño había desaparecido.
En el hotel, al lado de la imagen del disco estaba un gran cuadro de la magnífica ciudadela de Machu Picchu descubierta en 1911 por Hiram Bigham. En el cuadro se veía claramente el perfil de un hombre mirando al cielo formado por la montaña o Apu Wayna Picchu (montaña joven). Al frente, en la misma recepción estaban otros dos cuadros, uno representando al Señor (Cristo) del Qolloriti, que simbolizaría el calvario andino, el sufrimiento indígena y la esperanza de su resurrección o vuelta de Inkarri, el Inca Rey abatido pero con el poder mágico de renovarse como el fénix y resucitar. Allí esta la esperanza de que vuelva devolviendo la justicia, el amor y la paz a todo y a todos; y el otro, de la Virgen con el niño (La Pachamama o Madre Tierra con la Humanidad en sus brazos).
Francisco (Pancho) y Daniel nos contaron que también tuvieron dificultades en lo relativo al permiso que otorga la comunidad machiguenga. Ellos indicaron que después de haber hecho la gestión con la comunidad consiguiendo la aprobación de la misma realizando los pagos correspondientes, y a continuación haber tramitado la autorización de la Dirección de Parques Nacionales, previo pago de derechos, supuestamente ya todo estaba definido. Pero cuando los compañeros fueron a recoger, días más tarde los permisos, resultó ser que apareció una supuesta ONG, que se encontraría en la actualidad “colaborando” y “asesorando” a los machiguengas, velando por sus intereses. Esta persona exigía un sorpresivo pago adicional excesivo, como un peaje de cientos de dólares por cada persona que entrara en la zona, y que ese dinero, supuestamente de la comunidad debían de hacérselo llegar a él directamente depositándoselo en una cuenta a su nombre. Cuando se le exigió que mostrara los documentos de reconocimiento legal de su ONG, esa persona se puso extremadamente agresiva, nerviosa y finalmente se desapareció, quedando demostrado la poca seriedad y más bien revelando oscuros intereses.
En el hotel nos reunimos por la noche los trece miembros de la expedición con los grupos de contacto del Cusco, quienes vinieron a saludarnos y apoyarnos para el viaje con fruta seca y semillas. Aprovechamos para darles a ellos de manera resumida, nuestras reflexiones sobre el viaje que teníamos entre manos.


Comentando anécdotas como lo relativo al agroglifo que había aparecido el 12 de Junio de éste año 2010 en Inglaterra (Walbury Hill) en donde se aprecia un diseño muy similar a la cara posterior del disco de oro de Paititi, en donde se ve al planeta Tierra en una espiral ascendente, dirígiéndose rumbo a un agujero de gusano (portal interdimensional para vivenciar la reconexión de los tiempos), convirtiéndose poco a poco el circulo de la Tierra (la comunidad mental) en los símbolos de Pusharo (la piedra de los símbolos o Muro del Paititi), pasando de círculos concéntricos, acercándose poco a poco hacia la forma del rostro corazón. También se comentó acerca de las dificultades para conseguir la movilidad, y cómo mágicamente en medio de sincronías y claves, ésta se consiguió a último minuto. No podíamos dejar de nombrar tampoco las bendiciones tan especiales que los Q´eros nos trasmitieron a todos los expedicionarios de éste viaje a través mío, y como si no fuese suficiente, cómo llegué a emparentarme con ellos … Así cuando me pidieron en Racchi que les devolviera su historia y su memoria. En ese momento era como uno de ellos narrándoles y reconectándoles con su pasado. Todo ello me pareció tan increíble…
Algunas de las personas del grupo de contacto de Cusco, con conocimientos sobre las costumbres y tradiciones de los Andes, nos comentaron que en la religión andina, en lo relativo a las ceremonias de ofrendas y de conexión con la naturaleza, hay jerarquías o niveles de sacerdocio que se alcanzan en un proceso de aprendizaje lleno de pruebas de crecimiento y autocontrol. El primer peldaño es el “Pampamisayoq”, que es “el que tiene su mesa de trabajo en la pampa”. Un pampamisayoq tiene que saber como hacer una mesa o despacho, seleccionar las hojas perfectas de la Coca para hacer la ofrenda o Kintu (tres hojas), también debe saber disponer, colocar, combinar e interpretar todos los elementos de la mesa como las piedras, las conchas marinas, los huayruros (semillas rojas o negras o de ambos colores), y demás elementos. Los Pampamisayoq suelen ser curanderos con plantas medicinales, también adivinadores pudiendo leer las hojas de coca. También suelen proporcionar talismanes y amuletos de protección.
Los sacerdotes andinos vienen a cumplir la labor de ser intermediarios. Ellos simbolizan la “Chakana” o “Patapata” como un puente entre el cielo, la Tierra y el inframundo.
El Altomisayoq o Hatummisayoq, es el que es considerado profeta y místico. Se dice de ellos que son los que tienen el poder para comunicarse con los espíritus de la naturaleza, para ello tienen que pasar por fuertes pruebas como “el Karpay”, quedando consagrado a un Apu o espíritu de una montaña en particular. Pero este grado e investidura es temporal, ya que una vida licenciosa y alejada de los valores morales, le puede hacer perder esa condición. El Altomisayoq puede hacer lo que un pampamisayoq, además de iniciar a otros sacerdotes, realizar adivinaciones especiales y canalizar la voz de los Apus.
Aprovechando que estaban los grupos del Cusco hicimos la presentación oficial de la expedición, la cual estaba integrada por nueve hombres y cuatro mujeres:
De Uruguay: Marcia de Avila, Hugo Piriz y Dario Silva.
De Argentina: Cristian Sánchez.
De Ecuador: Susana Gavilanes
De Colombia: Argenis Jara.
De República Dominicana: Johnny Luciano
De México: Jaime Martínez
De Holanda: Patries Van Helsen.
De Perú: Nimer Obregón, Daniel Lague, Francisco Sosa y Sixto Paz.
Por la mañana del dia 8 de Agosto llegó el autobús por nosotros al hotel. Su chofer Roberto venía acompañado de su esposa, una chica joven cuzqueña llamada Lucesita, estudiante de historia de la universidad. Este matrimonio nos llevó a Paucartambo por una ruta nueva, diferente a la de los viajes anteriores. Roberto insistía que era mejor y más cerca. En el camino llegamos a quedar detrás de los nevados del Valle Sagrado teniendo una vista espectacular en el Mirador de Soncos que como reiterado símbolo se repetía ya que se traduce como “Corazón”.
Lucesita nos hizo muy alegre e instructivo el viaje contándonos detalles de los lugares y aportándonos elementos históricos poco conocidos.
Cuando llegamos a Paucartambo después de subir hasta las alturas de la cordillera viniendo por Valle Sagrado y Pisac, nos enteramos de que si hubiésemos venido por la ruta original hubiésemos quedado varados, por cuanto en el camino hubo una avalancha que interrumpió la carretera cerrando la vía.
En la población de Paucartambo nos encontramos con un pueblo colonial bellísimo atravesado por el río, con un puente antiquísimo (1775) en arco ojival perfectamente bien conservado, construido por disposición del Rey de España Carlos III.


Lo curioso es que a mitad del puente habían los emplazamientos para dos cruces de piedra, una de ellas ya desaparecida, pero la otra esta en perfecto estado y su diseño son como líneas que se entrecruzan formando ochos o cadenas ocho es la madre y la cadena es enlazar y unir cerrando ciclos), y éste mismo diseño (la misma cruz), como anticipando este importantísimo viaje (sacrificio por amor) apareció como agroglifo el 14 de Agosto del 2008 sobre los campos de cereales del sur de Inglaterra (Etchilhampton, Wiltshire).


La población luce calles y edificios coloniales pintados de blanco y azul (colores de la bondad y la espiritualidad), destacándose la extraordinaria plaza de armas, donde hay como una fuente con esculturas en bronce que representan todos los bailes típicos del Cusco y que participan en las festividades de la Virgen (Mamacha) del Carmen. Hay que destacar también la hermosísima y original iglesia con su portada trabajada en piedra, con un arco de medio punto, flanqueada por dos pilastras que soportan una capilla abierta con balaustres.
Paucartambo viene de las palabras “Paucar” nombre de un ave de la selva y “Tambo”, lugar de descanso en el camino. Paucar es un ave de color negro y amarillo encendido que construye sus nidos de forma colgante, como tripas que cuelgan de las ramas de los árboles. Vive en familia y su canto según las creencias locales anuncia buenas noticias. Es un ave inteligente que imita los cantos de otras aves entre ellas el cacareo de las gallinas; así también copia los sonidos de otros animales y hasta el llamado de los campesinos. Por eso los indígenas dan de comer a sus hijos el cerebro bien caliente de ésta ave, con el objeto de que sean inteligentes y aprendan rápidamente las cosas que enseñan.
Quizás el simbolismo para nosotros de todo esto estaba en la disposición dentro del Plan Cósmico de los hermanos mayores extraterrestres, de imitar todo lo bueno y positivo que a nivel de emociones el ser humano experimenta, y en nuestro caso nosotros imitar la capacidad de ellos de dar lo mejor de si en la consecución de los mejores resultados colectivos.
De Paucartambo seguimos para la localidad de Tres Cruces de Oro, a unos 3,739 msnm y a unos 35 km de Paucartambo, por caminos de tierra llenos de curvas sobre profundos abismos. De Mayo a Julio en ese lugar se aprecian fenómenos naturales insólitos con el Sol al amanecer, observándose al astro rey gigantesco con colores inéditos y como bailando entre las nubes.


Normalmente por ser la entrada a la selva y al bosque nuboso, se suele encontrar el lugar permanentemente cubierto de nubes. Pero ahora que veníamos con la bendición de los Q`eros, estaba increíblemente despejado y soleado, simbólicamente era como si nos dijeran que debíamos tener la misma claridad de mente y corazón durante todo el viaje.
Por primera vez para nosotros se podían ver las altas cumbres así como los valles cubiertos de vegetación que descendían. Realmente una vista maravillosa y como si fuese la primera vez que estuviéramos allí.
En Tres Cruces nos detuvimos para descansar y hacer humildemente una sencilla ceremonia pidiendo permiso para entrar en la selva, haciendo entre todos una protección especial adicional para el viaje y para el grupo. En lo alto del mirador, teniendo a la selva que se abría delante nuestro descendiendo por entre las montañas ofrecimos emulando a nuestros maestros y amigos Q`eros, un kintu (tres hojas de coca ofrendadas a los espíritus de las montañas pidiendo su venia y protección).

En la improvisada mesa de ofrendas que hicimos, colocamos las estrellitas de seis puntas bendecidas previamente en Racchi por don Santiago Quispe y Doña María Apaza, las cuales después fueron entregadas a todos y cada uno de los integrantes de la expedición.
Ese momento fue de una gran vibración y comunión con la naturaleza. Sentimos la presencia de los espíritus o fuerzas o energías de las montañas que nos acompañaban, y cómo los espíritus del bosque, y hasta la selva misma se abría y nos recibía con amor fraterno, casi como llevándonos en sus brazos.

Fueron interminables horas bajando de las montañas en el bus por caminos de tierra haciendo una y mil curvas, entrando por túneles toscamente excavados en la roca, salpicando profundos charcos alimentados por permanentes cascadas, pasando al lado de gigantescas rocas caídas de las cumbres y que en su momento destruyeron la ruta. En el camino pasamos por la población de Pillcopata que originalmente era un asentamiento Huachipare (tribu indígena de la región). Posteriormente la llegada de hordas de colonos procedentes de Puno y del mismo Cusco (zona de la Convención, insensatamente deforestada), han convertido la población en un enclave del narcotráfico y de los negocios ilícitos, como tala y caza ilegal y clandestina de especies endémicas y con riesgo de extinción. De tal manera que al pasar por el lugar se siente la mala onda generalizada.
Mientras hacíamos el recorrido miraba por las ventanillas del bus hacia la selva, los montes y el río, recordando entonces los viajes anteriores a la zona y todos los aportes que habíamos extraído de información sobre el Plan Cósmico, sobre la persona de Jesús y su misión, los orígenes de la Hermandad Blanca, Los Discos Solares,etc.
Después de aprovechar los servicios higiénicos de un hotel, y hacer llamadas telefónicas, seguimos hacia Atalaya y Salvación, poblaciones cada vez más dentro del Manu, y ribereñas del río Alto Madre de Dios. Se nos hacía de noche y en la total oscuridad de la selva son poco recomendables esos caminos, sin embargo continuamos y gracias a la pericia de Roberto y la buena onda de Lucesita, llegamos a Salvación. Una hermosa población donde se ve el trabajo solidario de sus moradores y autoridades por invertir en una mejor calidad de vida.

Allí se veía prosperidad, responsabilidad de sus autoridades, limpieza, orden y buen gusto para tenerlo todo ordenado.
Era de noche cuando nos ubicamos en el hotel Sheyla al lado de una gran Unidad Escolar. Un lugar cómodo, ordenado, y limpio administrado por sus dueños, un matrimonio joven. Llenamos completamente el hotel convirtiéndolo aquella noche en nuestro cuartel general, aprovechando para cenar, darnos un buen baño y organizar los alimentos, medicinas y ayuda que llevaríamos con nosotros, así como lo que íbamos a dejar a los machiguengas.
Fue interesante ver el despliegue de organización, y la madurez con la que se desenvolvió el grupo. Nadie desentonó y todos cooperaban sabiendo lo que tenían que dar y hacer. Hugo y Darío que habían estado en el viaje hacia la base Azul en el 2007, recordaban la existencia de una movilidad (autobús) y su dueña que podían hacernos el transporte de Salvación hacia el siguiente punto a orillas del Madre de Dios (Gran Amaru Mayu, o Gran Serpiente), a 40 kms de distancia. Felizmente pudieron hacer las coordinaciones para ello, y se consiguió el bus para llevar con comodidad al grupo y a la carga al día siguiente.
Aquella noche nos acostamos lo más temprano posible para recuperar fuerzas ya que en pocas horas más el día 9 partiríamos hacia el Km 250, localidad de Santa Cruz que es el puesto de vigilancia de los guardaparques del Manu.

Aquella noche llegó tarde al hotel Pablo Torres Guzmán subdirector del Parque Nacional del Manu y miembro de nuestro grupo, así como amigo entrañable. Y ni bien él llegó con su chofer, fueron ambos testigos del avistamiento de un Ovni sobre la población de Salvación, y especialmente encima del hotel donde permanecíamos alojados. Pablo terminó hospedándose en la habitación 14, que era la única desocupada.
Aquel 9 de Agosto, al amanecer de una mañana fría y húmeda, llego al hotel el segundo bus contratado con su chofer y la esposa de éste (nuevamente una pareja). Vinieron por nosotros tal como se había acordado. La movilidad era vieja y destartalada pero aún así un lujo en esas tierras. El bus hacía diariamente la ruta entre Salvación, Santa Cruz y Shintuya ida y vuelta. Antes de empezar su recorrido normal iba ha hacernos un expreso, esto es un viaje sólo para nosotros.
Partimos muy temprano recorriendo a pleno día esta ruta inigualable, de un entorno natural alucinante. En el camino tuvimos que atravesar varios cauces de ríos secos, y otros con caudal, porque no sólo el camino los atraviesa sino que muchas veces ¡eso era el camino!.

Después de varias horas para recorrer una distancia relativamente corta llegamos a 250. En el puesto de control el grupo se dirigió con Pablo Torres hacia las oficinas administrativas donde nos encontramos con la guardaparques Marlene, quien nos recibió muy amablemente, disculpándose de que por falta de personal no podrían encomendar a nadie para que nos acompañara, y que más bien tendríamos que ir solos. Esto lejos de confundirnos o desilusionarnos, nos alegró porque necesitábamos ir más lejos confiando, sin que hubiese quien por seguridad y escrúpulos decidiera limitar nuestra proyección. Después de despedirnos de la señorita Marlene, subimos nuevamente al bus que nos acercó los casi dos kilómetros que nos separaban del embarcadero de Santa Cruz. Aunque el tal embarcadero no existía y era solo la playa a la orilla del río donde se ubicaban de manera improvisada los peque peques o lanchas selváticas.

Cuando llegamos ya estaban los machiguengas esperándonos. Ellos habían llegado temprano trayendo cantidad de racimos de plátanos que ellos cultivan alrededor de su aldea, y los traen a Santa Cruz para comerciar y conseguir a cambio: verduras, harina, combustibles, etc.
La presencia de Pablo quien reunió a los machiguengas para dialogar fue gravitante como para aclarar la situación que se había generado en el Cusco con la ONG, y darles a entender el tipo de viaje que estábamos realizando que no era precisamente turístico. Finalmente Oscar, jefe y presidente en ejercicio de la comunidad quedó más que conforme con los pagos que se les habían hecho tal como originalmente ellos mismos habían dispuesto. También Rubén, el motorista quien es actualmente el tesorero de la comunidad quedó conforme con la negociación y el nuevo pago que se hizo para alquilar una tercera embarcación.
La gran sorpresa fue encontrarnos primero con Josefina, la esposa de Pancho, y luego con éste. Ellos fueron los que veinte años atrás nos guiaron desde la aldea hacia la piedra de los símbolos de Pusharo. Josefina estaba delicada de salud y se iba hacia el Cusco, por lo que aprovechamos entre todos a hacerle una imposición de manos pidiendo por su salud, lo cual ella agradeció.
Por la presencia cada vez más creciente de colonos en la zona, las riberas se empiezan a llenar de basura, por lo que abundan las botellas y bolsas plásticas, pañales desechables, toallas sanitarias, latas, etc. todas desparramadas. Así que el grupo se organizó de inmediato para hacer una dinámica práctica por la Madre Tierra, recogiendo la mayor cantidad de basura en un área de un kilómetro, llegando a llenar varios costales, los cuales Pablo se encargo de retirar de la playa. Fue interesante ver como los niños de la población al vernos recoger la basura se acercaron y con entusiasmo nos ayudaron a recoger mucho más.
Nos embarcamos por el río Madre de Dios en tres peque peques o botes a motor. Pero como decíamos, son motores reciclados o adaptados, de aquellos que se usan para extraer agua. No son motores fuera de borda especiales para lanchas a motor sino algo completamente artesanal.

En dos de ellos íbamos repartidos los trece expedicionarios más algunos machiguengas. En la tercera balsa iban machiguengas y la mayor parte de la carga.
Fue un largo recorrido por el río principal hasta que pasamos por una zona donde había como oleaje, entrando algo de agua a la embarcación.

En la medida que avanzábamos por el gran río nos íbamos acercando a unos de sus afluentes, el río Palotoa. El ambiente luminoso y soleado se respiraba mágico. Realmente se sentía el apoyo y la presencia de los guías cerca, como después se pudo corroborar ya que en las fotografías que tomamos de esa parte del viaje, llega a ser visible la nave suspendida en el aire a baja altura.


Una vez en el río tributario la ruta del Palotoa era todo el tiempo río arriba, yendo contra la fuerza de la corriente y subiendo gradualmente hacia las montañas. Como no estábamos en época de lluvias, había relativamente poca agua y en muchos sitios insuficiente profundidad aunque la corriente arrastraba. En algunas partes se formaban pozos profundos y remolinos igualmente peligrosos. Esto hacía que fácilmente las embarcaciones quedaran varadas o incrustadas entre las piedras o que golpearan muy fuertemente arriesgándonos a voltearnos, debiendo bajar inmediatamente al agua y sobre la marcha ayudar entre todos a jalar la barca sacándola de su estancamiento.
Fue mucho el esfuerzo físico de bajar una y otra vez de las barcas, empujarlas o jalarlas cuidándonos de las piedras resbalosas, teniendo que esforzarnos en luchar contra la corriente y luego saltar a la embarcación con el riesgo de cortarnos con clavos sueltos en la madera o lastimarnos con las astillas que abundaban. En varios momentos hubo que bajarse y caminar por las orillas del río por extensas playas de cantos rodados, aligerando al máximo el peso en los botes para que estos pudieran pasar los rápidos y las zonas muy bajas.
Fue asi que después de varias horas, llegamos a la aldea machiguenga de Palotoa Teparo, donde desembarcamos la carga que se traía para la comunidad donada por los grupos de todo el mundo consistente en comida, ropa, sal, azúcar, útiles para la escuela, machetes, etc. Lo cual fue recibido en nombre de la comunidad con gran beneplácito por Oscar, el actual jefe.
Una anécdota graciosa fue conocer a un pequeño monito que encontró el Huachipare Miguel en la selva, y que es ahora la mascota de toda la tribu, cuyo nombre es “Capitán”. Rápidamente el pequeño primate hizo buenas migas con algunos de los compañeros del grupo.
La comunidad nos pidió que ya que estábamos de paso, nos diéramos un tiempo y fuéramos a ver su escuela visitando a la profesora Aracely y a los niños, lo cual hicimos disfrutando de su compañía, pudiendo hacerle a ella en nombre de todos los grupos un donativo de dinero para apoyarla en la adquisición de más materiales.
Dejando atrás la comunidad, una parte del grupo nos dirigimos caminando por la trocha que han hecho los machiguengas cruzando a pie la selva, mientras los peque peques avanzaban por el rio con unos pocos del grupo nuestro en ellos. Asi sin el sobrepeso de nuestra presencia los botes avanzaban más rápido y nosotros caminábamos sin peso también.. El recorrer la jungla es una experiencia única, debido a que desfilan delante nuestro una variedad inigualable de árboles, plantas, flores y hasta insectos, asi como que se escuchan infinidad de sonidos de la naturaleza.

Fueron varias horas avanzando por un camino en extremo irregular lleno de troncos caídos, lianas, espinos, cauces secos o semi secos de ríos que nos mantenían los pies mojados, y nos obligaban a tener que fijarnos bien por donde caminábamos para no accidentarnos. Los niveles de concentración agotaban la mente, de tal manera que después por la noche había sido tanto el esfuerzo físico como el mental.
Dentro de la selva, la atmósfera es muy diferente a la de la orilla de los ríos; es más húmedo y por la altura de los árboles así como por lo intrincado de la espesura, es una penumbra.
Durante la caminata Miguel el huachipare nos dijo:
-Sabía que uds. iban a venir porque no estaba lloviendo y no habían relámpagos en la montaña.

Dicho comentario no sólo nos sorprendió, sino que lo sentimos como una confirmación más de que debíamos estar allí en ese especial momento planetario para cumplir con una evaluación colectiva y una convocatoria a materializar los ideales de servicio de nuestra misión.
La caminata fue larga hasta el Tambo, un edificio grande de madera con techos de gigantescas hojas secas, a manera de hostal en medio de la selva que la comunidad ha implementado para empezar a recibir turistas.

Desde allí continuamos hasta llegar a la orilla del rio donde se ayudo a jalar con cuerdas las embarcaciones para que ascendieran por los rápidos más pronunciados. Una vez los peque peques alcanzaron aguas más profundas nos pudimos subir todos en ellas, siguiendo en las barcas hasta Angaroa, un lugar cercano a Aguaroa donde habíamos acampado en el 2005 y en 1990.
En una playa al lado del río armamos el campamento despejando el lugar de maleza, piedras e insectos; desplegando a continuación las tiendas de campaña, colocando un cordel para secar ropa colgándola alli y preparando la fogata para comer algo caliente.

En ese momento el grupo comenzó a comentar entre nosotros si preparábamos comida para todos, porque éramos trece personas más los machiguengas que eran como ocho. Habíamos traído alimentos como para unos quince a veinte días. Sin embargo, en ese momento cometimos el grave error de pensar con la cabeza y no con el corazón, siendo mezquinos y egoístas, y no los incluimos, pensando en ahorrar y razonando cómodamente que ellos habrían traído lo suyo, o que podían agenciarse sus alimentos cazando o recolectándolo del bosque.
Estaban arriesgando sus vidas por nuestra expedición. Lo hacían con cariño y encima nosotros los dejábamos de lado. Pues ésta terrible desarmonía propia de una actitud más que equivocada repercutió vibratoriamente en una fuerte lluvia que nos cayo por la noche y que nos llevó a una vergonzosa reflexión. De tal manera que resolvimos al día siguiente resarcirles brindándoles en Pusharo un suculento almuerzo. ¡Y así lo hicimos!.
Salimos temprano aquel día 10, para lo cual desarmamos rápidamente el campamento, cosa que no fue nada fácil porque todo estaba bastante mojado de la lluvia. Aprovechando que las embarcaciones seguirían llevando la carga, colocamos en ellas las carpas y mochilas, mientras que nosotros nos pusimos a caminar, siendo guiados en todo momento por Miguel, su esposa Hilda y su perro Osa, recordándonos el Mapa del Paititi y la escena de 1990 en ese mismo lugar con Pancho, Josefina y su perro.
En lo que el grupo venía caminando, Miguel reflexionó en voz alta y dijo: “Los nuevos tienen que sintonizarse con la naturaleza. Oscar nos ha pedido que les acompañemos hasta el Muro y más allá, pero nosotros lo haremos hasta donde sea necesario”…

Era curioso ver como una y otra vez se repetían las imágenes del mapa de los misioneros del siglo XVII, y entre ellas especialmente la figura de la pareja, que representa la polaridad, la unidad, la fidelidad, la hermandad y el amor en sus niveles más elevados.
El ambiente estaba muy frío y nublado, pero en la medida que nos fuimos acercando a Pusharo, la temperatura fue aumentando y las nubes fueron desapareciendo al igual que la niebla que cubría el Cañón.

En el suelo y sobre la marcha empezaron a aparecer unas piedras negras en forma de canicas, característica de la zona y que en viajes anteriores hemos relacionado con la presencia en la ruta de la Guardiana de la zona. Y de vez en cuando aparecieron también piedras de diferentes tamaños, algunas muy grandes en forma de corazón.

En esa zona cercana al muro de Pusharo en 1990, precisamente en la orilla del lado derecho estaba ubicada la choza de Cachán, el jefe de la tribu en aquel entonces, y según Miguel: “El último de los Meditadores o jefes místicos”, quien fue quien nos sugirió en ese entonces, que para que entráramos al Paititi lo hiciéramos orando en el muro. Ese lugar del Siskibenia era donde los machiguengas plantaban maíz.
Al llegar a Pusharo nos dimos con la sorpresa de que por las lluvias diluviales que se registraron en Cusco y el Madre de Dios entre Enero y Febrero del 2010, el río Siskibenia creció tanto que cambió de curso dividiéndose en tres brazos. Esto hizo desaparecer la selva alrededor de la piedra de los símbolos, lavando y socavando la piedra hasta sus mismas bases. De tal manera que aquello que habíamos visto grabado en el muro hacia abajo, debiendo arrodillarnos para ver y tocar los símbolos, ahora estaba varios metros por encima nuestro.

Por el contrario, por dónde antes venía el río ahora era la playa de arena y piedras, que fue el lugar donde se armó el campamento.
En la primera exploración ese día 10 tuvimos que cruzar hacia la gran piedra, lo cual hicimos con suma dificultad atravesando los tres brazos del río, siendo el más peligroso, el último y que era el que pasaba a un lado de la piedra golpeándola con fuerza. En el lugar hicimos la Cúpula de Protección, también dispusimos la mesa de altar simbólico con algunos de los elementos facilitados por los Q`eros en el Qosqo y pedimos a los espíritus de las cuatro direcciones que nos acompañaran y guiarán. A continuación dirigí un trabajo con los Cuatro Elementos, especialmente con el agua, irradiando al planeta y enviando esa programación a través de los ríos, las nubes y la humedad a todo el planeta…Recordamos en ese momento en voz alta de que estábamos en el lugar “Donde se tiene el poder de hacer y desear”, por lo que en nombre de todos, aprovechamos para hacer una conexión de la Tierra y nuestro tiempo con el Real tiempo del universo. Después hicimos la consabida dermóptica colocándonos en frente de la gigantesca piedra, poniendo a continuación nuestras manos con los dedos sobre la roca, al igual que nuestras frentes.

A continuación realizamos una regresión en el tiempo todo acompañado de mantrams como Rama, Amar, Om, Adonai, Zin Uru para aperturar puertas entre las dimensiones y conectarnos de muchas maneras distintas y complementarias con el lugar y la Hermandad Blanca.

En el muro habían gran cantidad de rostros corazón de todo tamaño, con diferencia de diseño entre uno y otro. También se multiplicaban las espirales, las formas sinuosas como recordándonos los ríos de la zona y hasta la serpiente de las dos cabezas.

Fue interesante descubrir en una parte superior del lado derecho de la gran piedra a la montaña azul, lugar marcado en el mapa del Paititi y ubicación de la base de los guías extraterrestres en la zona.
El que el río lavara y descubriera los fundamentos de la piedra, permitió que asomaran figuras desconocidas anteriormente como el rostro del dios hacedor de la Isla de Pascua “Make Make” ( en forma de una nariz prominente o un pene y dos ojos o testículos), lo cual puso de manifiesto nuevamente que fue la gente de Túpac Yupanqui la que pobló esta zona, dejando huellas y marcas similares a las de la Isla de Rapa Nui.

Por la tarde se dispuso el almuerzo celebrando con los machiguengas el que hubiésemos llegado con bien al Muro. Nuestros guías indígenas lo disfrutaron mucho, acompañándolo con risas y evidente alegría. Durante la noche tuvimos Luna, recordando también el mapa donde aparecen las Luna y sus fases. En la oscuridad nocturna, sentados sobre troncos alrededor de la lumbre, tomamos todos una sopa caliente preparada por nuestras queridas hermanas de la expedición, aprovechando para comentar el día y la ruta hasta ese momento. Más tarde y antes de acostarnos hicimos meditación.
La ventaja de contar con la compañía de los machiguengas es que no tuvimos que organizarnos en guardias nocturnas que contribuían a un mayor cansancio de todos, después de un dìa agotador. Ellos, los indígenas nacidos en la selva están permanentemente atentos a todos y a todo, para quienes ningún ruido ni movimiento de la selva se les escapa de su atención. Los machiguengas (Incas antiguos) nos cuidaban, y es que a diferencia de los viajes anteriores, esta vez hasta la tribu misma había insistido que cruzáramos el Cañón acompañados de dos de ellos, cuando hasta hace poco les era prohibido acercarse si quiera.
El día 11 amanecimos estremecidos por un fuertísimo viento que venía del cañón y que amenazaba con tirarse abajo el campamento. De hecho, los tendales cayeron sobre la arena con toda la ropa que se estaba secando.
El amanecer fue bellísimo apareciendo el Sol de un color rojo intenso, y cesando el viento.

Aprovechamos en levantarnos temprano para meditar y ordenar lo que el viento había botado o hecho volar. Ese día nos quedaríamos en Pusharo elevando más y más la vibración, aprovechando en volver a cruzar en dirección de la piedra de los símbolos continuando con las prácticas y con las exploraciones. Este descanso fue más que necesario porque varios de los compañeros necesitaban reponer fuerzas y sanar algunas heridas, entre ellos Francisco Sosa de Huancayo. El había tenido días antes un accidente en Aguas Calientes (Machu Picchu), de tal manera que tenía un corte profundo e infectado en un dedo del pie, y toda la ruta, aunque se había estado cuidando, había sido un sufrimiento continuo para él.
Del otro lado, y ya bajo el muro Argenis de Colombia dirigió un hermoso y nuevo trabajo con los cuatro elementos, recordando que debemos reiterar una y otra vez nuestras intenciones, lo que les da mayor fuerza.
Terminados los trabajos frente al muro seguimos todo el grupo a Darío y Hugo de Uruguay, quienes ubicaron un pequeño sendero que asciende la gran roca, pudiendo encontrar metido dentro del bosque que rodea la peña otros petroglifos, algunos de un corte al parecer Inca.
En viajes anteriores una parte de la expedición se había quedado trabajando en la piedra, mientras que otros cruzaban el cañón. Pero esta vez los guías habían alertado de que las puertas del Paititi se habían movido y que ahora era diferente, asi que todos podíamos cruzar, y que mas bien al regreso sería la partición, en un trabajo definitivo que necesitaría unidad, desprendimiento y entrega.
Esa tarde nos dimos un refrescante baño en el río Siskibenia, quitándonos el sudor de día y todos los insectos que se nos habían trepado en el monte.
Por la noche meditamos mucho y fuimos apoyados por el avistamiento de un objeto luminoso que avanzaba encima nuestro y que se dirigía hacia el Mecanto (Cañón). Por un momento se inmovilizó y estuvo lanzando fogonazos de luz sobre nuestro campamento. Luego se marchó, dirigiéndose al Cañón…Para nosotros esto significaba que estaban avalándonos como para que al dia siguiente iniciáramos el cruce de éste paso entre montañas que nadie había cruzado en cuatrocientos años hasta que en 1990 los grupos invitados por los guías y la Hermandad Blanca lo hicimos con mucho éxito y evidente aceptación evidenciada en la protección que recibimos.
A la mañana del dia 12 nuevamente un viento huracanado nos despertó pudiendo ver salir del interior del cañón nubes blancas muy bajitas y compactas, lo cual tomamos como señal de la Dama de Luz para que levantáramos el campamento y emprendiéramos la marcha.
Salimos a las 7 a.m. de Pusharo llevando todo el equipo sobre nuestras espaldas. Las mochilas estaban muy pesadas pero felizmente los días anteriores habíamos tenido oportunidad de descansar, por lo que teníamos fuerza para lo que fuese menester. El avance fue lento pero seguro, cruzando el río de una orilla a otra de manera casi intermitente. Poco a poco nos íbamos adentrando en el cañón que se iba estrechando, manteniendo paredes verticales a los lados. Para poder cruzarlo debíamos subir con todo el peso que llevábamos a cuesta sobre grandes rocas, troncos caídos y hasta arrastrarnos por grietas.

En algunas partes la corriente era tan fuerte y los pozos de agua tan profundos que no solo nos hundíamos sino que el río nos arrastraba. Tanto peligro junto y la necesidad de una concentración permanente hizo que la mayoría estuviésemos en una actitud de meditación continua, y en sintonía con el entorno.
Pudimos después de varias horas cruzar el cañón ingresando en el territorio propiamente dicho del Paititi o Paiquinquin (“donde uno puede ser uno mismo”), y sí se sentía la diferencia.
En mi caso particular el cruce había sido tan duro que mis botas de cuero cocidas y selladas neumáticamente se me destrozaron, abriéndose completamente y tornándose inservibles. Y por querer seguir por el río sin solucionarlo, me caía al agua siendo arrastrado por la corriente con riesgo de ahogarme. Felizmente la mirada atenta de todos mis compañeros que no podían hacer nada por mi, me dieron la fuerza para incorporarme a pesar del peso de la mochila. Fue como una fuerza invisible que me levantó del agua.
Ese día nos demoramos ocho horas y media en llegar a establecer nuestro primer campamento detrás del cañón en la zona de Chiroquia, o también bautizada por nosotros la quebrada de la Sachavaca, por estar deambulando por la zona un Tapir o Sachavaca de gran tamaño. Allí descansamos, compartiendo en todo momento nuestros alimentos con los machiguengas Miguel y Calixto, quienes a su vez consiguieron platanitos enanos de monte que se cocinaron y los comimos todos. Aquella noche hicimos varias dinámicas como para masajearnos todos mutuamente, aliviando así el dolor generado por las mochilas. También meditamos profundamente visualizando a los grupos que nos apoyaban a la distancia y la presencia cercana de seres de luz..
El día 13 salimos a las 8 a.m. levantando nuestro campamento e iniciando la caminata hacia Cuitaquiquia, que finalmente llamaríamos la Quebrada de la Cascada Lague, en honor a su descubridor, nuestro hermano y amigo Daniel Lague de (Lima). Por todo el camino veíamos árboles altísimos de singular belleza y fuerza, de los que colgaban extensas lianas hacia el río. A un lado y otro se multiplicaban los montes altos cubiertos de vegetación, y algunos con formas piramidales. Al final de la larga caminata de ese día, nos ubicados en una hermosa playa al lado del río. Tanto fue el cansancio y el calor que sentimos en el trayecto que nos bañamos con ropa y todo. Parecíamos niños. Aquel día lo empleamos en muchas meditaciones y trabajos espirituales diferentes. Al final del día teníamos un precioso cielo estrellado sin una sola nube.
Durante las meditaciones recibimos este mensaje:

Comunicación: 13.08.10
Lugar: Cascada Lague (Manu)
Antena: Tell-Elam

Sí Oxalc, en contacto con ustedes.
Amados hermanos, nos encontramos muy cerca vuestro con los guías Sampiac, Anitac y Titinac. Estamos siguiendo paso a paso su esfuerzo y logros. Hace dos días la hermana Anitac soltó lágrimas de emoción que a todos nos sorprendieron y conmovieron en la nave, al ver ella el esfuerzo, riesgo y entrega del grupo; y al saber que no podemos intervenir porque lo que están viviendo es vuestra parte de la misión en su entrega desinteresada por amor.

Comentario:
En el contacto permanente con la humanidad los guías se han visto afectados por el contacto con nuestras emociones y sentimientos, produciéndose en ellos una revolución interna, difícil de manejar para ellos. Ese es el proceso de su propia transformación.

Las puertas se os han abierto porque son muchos los que os apoyan y se han unido en ésta saga colectiva. La Hermandad Blanca os ha invitado a través de los mensajes y las señales para ser depositarios de luz y conocimiento, con las mayores responsabilidades que esto conlleva. Ahora deben saber culminar lo iniciado hace ya tantos años.
Comentario:
Este viaje al Paititi en el 2010 significaba una evaluación individual y colectiva de todo el conjunto del grupo y de toda la humanidad a través nuestro. Debíamos ser capaces de la entrega total para canalizar información y energías trascendentales para esta época de transición hacia otras realidades.

Las jerarquías de luz se preparan para que en este lugar sean uds los que se abran, y que éste viaje sea por tanto un detonador de muchas cosas a nivel mundial, entre ellas el conocimiento y la incorporación en vuestros corazones del espíritu planetario.
Comentario:
Los seres extraterrestres con su mayor desarrollo mental han ido perdiendo el contacto con su espíritu planetario, lo cual los ha llevado a una cómoda y controlada vida artificial, y a traído consigo que ese mismo espíritu o corazón cristal vaya muriendo o adormeciéndose hasta cortarse definitivamente toda conexión. Esto también lo vienen a aprender los extraterrestres a través nuestro. A recuperar el contacto con la Madre, con el espíritu planetario creando las condiciones como para que los incorporemos previamente en nosotros. Sobre todo ahora que estamos cerca del Giro del Tiempo, y que como sabemos la Tierra no existe en el Tiempo Real. Al incorporarla en nosotros y estar frecuentando lo portales dimensionales y a los mismo Hermanos Mayores, podemos hacérselo sentir concientemente a ellos, estableciendo gradualmente el puente de reconexión y asegurando el tránsito de la vida, en la vida…

Con éste viaje abrirán uds una ruta interior nueva y diferente dentro de vuestra humanidad. Será un camino hacia adentro, pero a la vez hacia fuera donde se encontrarán con la vida que requiere ser preservada y representada por y en uds.
Con amor Oxalc.

Comentario:
Ciertamente ahora que hemos vuelto del Madre de Dios, lo podemos verificar, vivimos tanto intensamente en nuestro interior, y ahora las puertas se abren para compartir…

”Vienen siguiendo el llamado de la vida sin más expectativa que servir al plan, solo por ello el corazón se les abrirá, y con la llave del amor las puertas nunca más volverán a cerrarse.
La Dama de Luz los ha acogido y abrazado. Uds. hagan lo mismo, abrácense y no dejen a nadie al margen, todos son y están en vuestra saga para ayudarlos y ayudarse a alcanzar la montaña segunda, la de la trascendencia, la que se conquista dentro…”(Oxalc)

Comentario:
No es fácil llegar a la trascendencia, esta requiere que uno este dispuesto a olvidarse a si mismo para ser y estar, fluyendo…

Aquella noche estábamos descansando plácidamente dentro de las tiendas de campaña, cuando sobre la 1.20 a.m. de la madrugada del día 14 empezó a llover con gotas gruesas, y de pronto se largo a llover diluvialmente por varias horas, convirtiendo aquella playa a la orilla de la jungla en una islita que iba reduciendo rápidamente de tamaño, llegando a introducirse el agua en una de las carpas, de donde tuvieron que salir de emergencia nuestros compañeros. No podía entender por qué estaba pasando eso si estábamos realmente en armonía. Además, habíamos trabajado fuertemente elevando la vibración, haciendo protecciones e irradiaciones y asumiendo todos los errores posibles de actitud o por inconciencia.
En medio de la terrible tormenta salimos con Nimer fuera de nuestra tienda de campaña alertando a los demás para que organizaran de inmediato sus mochilas y equipos, no fuera ha ser que tuviéramos que correr hacia el monte ante una eventual riada o aluvión.
Mi confusión era tremenda, caminaba con mi poncho de agua de un lado para otro bajo la lluvia. No entendía nada lo que estaba pasando y por qué estaba pasando. Quizás me había sentido demasiado confiado. Pero ¿en qué me había equivocado?¿Qué había hecho mal? O, ¿qué habíamos dejado de hacer entre todos?
En ese momento recordando donde estábamos los llamé a los compañeros y compañeras, y saliendo todos de las carpas nos pusimos hacer en voz alta la gran invocación. Después de estar haciendo largo rato mantralizaciones, al ver que no se acercaban nuestros guías indígenas fui a ver a los machiguengas. Y al acercarme a la tienda ocupada por ellos, se olía fuerte como a un mal tabaco y los llamé. Salió del interior bastante mareado y en medio del intoxicante humo Miguel, quien junto con Calixto estaban fumando marihuana en su tienda. Sorprendido en grado sumo, les pedí que no lo hicieran, y ellos me confirmaron que ya no lo harían. Entonces me di cuenta que todo ello era un llamado de atención de la Madre Naturaleza. Mi error había sido garrafal. En vez de integrar a los machiguengas a nuestra expedición de viaje y ser quince, 13 más dos; nosotros estábamos por un lado y ellos por otro, sin darles participación ni aprovechar en instruirnos mutuamente y guiarlos como ellos nos guiaban a nosotros. Un claro ejemplo de esto es que estábamos compartiendo los mismos alimentos, y sin embargo ellos seguían cazando sin haberles pedido que no lo hicieran por estar ahora en una zona sagrada. Además no tenían necesidad de hacerlo.
Miguel una vez que se despejo de su vuelo estratosférico, se me acercó y viéndome contrariado me dijo que no me preocupara, porque la lluvia no era por nosotros y que ya no llovería. Ciertamente al rato dejo de llover, y no volvió a llover.
Conciente de los errores cometidos decidí que ese día 14 de Agosto, cumpleaños de nuestro querido hermano Darío, haríamos ayuno quedándonos en el lugar y haciendo de ese día un tiempo de retiro, meditación e introspección.
Amaneció en medio de prácticas y mantralizaciones. El campamento lucía como bombardeado. Luego de organizarnos procurando poner orden al desorden hicimos un ayuno silente, lo cual fue aprovechado por Daniel para recorrer el monte. El es originario de la selva baja del Perú, y estaba disfrutando de aquel ambiente que le recordaba su niñez. En lo que Dany estaba explorando encontró una bellísima cascada que luego nos mostró a todos, bautizándola por acuerdo general la “Cascada Lague”. En honor a su descubridor. Frente a ella hicimos meditación y nos vimos transportados a la época Inca, conviviendo por un instante con aquella gente que se refugió en la zona hace cuatrocientos años atrás. Fue contundente y mágica la experiencia en ese extraordinario lugar al que habíamos llegado subiendo la cuesta de un cerro. Nunca hubiéramos llegado allí, ni hubiésemos realizado el trabajo que hicimos si no nos hubiésemos quedado un dia más y no nos hubiese llovido.
En lo que estábamos en la cascada, Darío hizo otro interesante descubrimiento como fue una gran piedra semi enterrada con ángulos trabajados de 90 grados. La fotografiamos y la registramos dentro de los descubrimientos de este viaje como “la piedra Silva”, por Darío Silva.
Regresando de la cascada encontré una piedra plana no más grande que una mano con un evidente número uno tallado en relieve. Esto me hizo recordar la presencia de misioneros jesuitas en la zona hace tantos siglos atrás. Al llegar a la orilla del río me tropecé con Francisco, quien había hecho un hallazgo similar pero con el número cinco. Juntamos las piedras para fotografiarlas, y se formaba el número quince, comprendiendo que el gran mensaje ere ese: Ya no somos trece exploradores más dos guías indígenas, somos una unidad de quince seres humanos representando a toda la humanidad. Y el número quince es la unidad a través del dialogo y la comunicación (el uno como comunidad mental) y el cinco, el ser humano (mágico y mago), capaz de transformarse y transformar. Suman seis que es equilibrio y balance, para enfrentar lo que significa el quince que son las pruebas que hay que enfrentar en la actitud correcta, sin apasionamientos.
El día transcurrió en armonía saliendo sol y secando los estragos de la tormenta, de tal manera que ya por la tarde parecía que no hubiese ocurrido nada. Aquella noche, saliendo del ayuno pudimos celebrarle a Darío su cumpleaños compartiendo entre los quince un pequeño pastelito que las chicas siempre previsoras, habían dispuesto y guardado para esa ocasión. Lo compartimos con gratitud después de haber valorado todo lo vivido y aún lo sufrido.

(Continuará en el quinto capítulo:”EL ENCUENTRO CON LA DAMA DE LUZ”


Comentarios del blog MISION RAHMA TRUJILLO