En una de las hondonadas, formadas por pequeños cerros junto a esta montaña, existe un vallecito en el cual hay unos cuantos solitarios cactos gigantones y colinas que han sido testigos privilegiados de experiencias propiciadas por seres del espacio para los grupos Rama de Trujillo, desde 1979. En este lugar, a lo largo de más de treinta años, siempre se han instalado los campamentos de casi todas las salidas de los grupos Rama (grupos de contacto extraterrestre) que han ido por esa zona. Allí, o desde allí, se desencadenaron muchas experiencias colectivas e individuales, objetivas y subjetivas, con quienes han concurrido al lugar en busca de una comprensión mayor de sí mismos, a la vez que de ese inquietante suceso contemporáneo que es la presencia OVNI y sus tripulantes contactando con los hombres.
En mayo de 1979, la extraterrestre Ceres, identificada como del planeta Venus, anunció telepáticamente al grupo Rama de Trujillo, que el 10 de julio de ese mismo año se viviría una experiencia de paso Xendra como parte importante de una preparación y que ésta se efectuaría en la sierra liberteña, zona este, sin dar mayores detalles sobre el lugar exacto. El “antena” que recibió este mensaje, Carlos Granados, siguiendo indicaciones de la extraterrestre, fue, con otro miembro del grupo, a explorar esa región, recibiendo en el lugar la confirmación de que ese era el sitio a donde se debería ir en la salida de julio. La confirmación se produjo mediante el avistamiento de vehículos voladores extraterrestres en el sitio y la aparición del resplandor de potentes luces de colores en lo alto de los solitarios cerros, en la primera noche que acamparon, como si otras naves voladoras hubieran descendido detrás de ellos.
A lo largo de los años, diversas promociones de grupos Rama han recibido allí las denominadas iniciaciones del Nombre Cósmico, Cristales de Cesio, Paso Xendra, Cristales de Luz, así como numerosos avistamientos de OVNIS programados o anunciados con anticipación por los extraterrestres, junto con comunicaciones telepáticas, sueños premonitorios y visiones con cierto nivel de clarividencia. Entre los avistamientos, destacamos aquellos en los cuales los OVNIS, a su paso, se detienen en el aire, sobre las cabezas de los presentes, emitiendo señales con destellos intensos. También se han dado allí procesos de preparación y preludios de encuentro físico con los extraterrestres en el caso de algunas personas.
Una invitación, en sueños, que los extraterrestres hicieron a Eduardo Paz Esquerre, para un encuentro físico con ellos en esta montaña y, como consecuencia de ello, los hechos que ocurrieron el sábado 11 de octubre de 1986, aportaron nuevos datos para un mejor conocimiento del lugar. Un OVNI aterrizó sobre una saliente en lo alto de esta montaña, haciendo señales, orientando el ascenso en la oscuridad, mientras el invitado subía, a lo alto, acompañado de tres personas más.
En comunicaciones telepáticas simultáneas recibidas, psicográficamente, por dos “antenas” de Trujillo, tres días después, sobre los hechos ocurridos, al referirse al lugar, los extraterrestres dijeron entonces:
“¿Por qué creen que el lugar es el indicado para experiencias que han vivido a lo largo de estos siete años de Rama en Trujillo? ¿Por qué creen que hacia allá fueron llevados para ubicar el lugar que sería para sus futuros campamentos? Una nave indicó el sitio y la zona es permanentemente irradiada por nosotros.
Cerca de allí hay un Retiro relacionado a la cultura Chimú. Prepárense para prontas experiencias en el astral, en que serán llevados tres de ustedes para indicaros y recibir nuevas pautas. Nos encontramos trabajando con hermanos de los Retiros Interiores y el momento es llegado. La Hermandad Blanca ha trazado su camino; y el momento del compromiso sella ya la etapa del acercamiento de los Maestros del Templo. ¿Por qué creen que fue allí en que se dieron los primeros pasos para el acercamiento con la Hermandad Blanca a nivel mental? El lugar, pues, es el indicado” (Extraterrestre informante: RUMILAC. Antena receptor: Zalam).
La otra comunicación decía:
“En la zona hay lugares especiales que tienen conexiones con retiros. Y es así que nosotros investigamos y estudiamos todas estas vías y puertas. Ya les aclararemos más sobre esto. Sabed esperar haciendo” (Extraterrestre informante: SAMPIAC. Antena receptor: Bilisur).
En otra comunicación recibida al pie de la montaña, el 19 de octubre de ese año (1986), los extraterrestres se refirieron así al lugar:
“Estuvisteis con nosotros a nivel astral y fuisteis invitados a visitar la zona en sus profundidades, pues ésta está llena de intercomunicaciones con una cavidad central, justamente debajo del cerro más alto, en el que visteis la nave, y esta caverna central tiene túneles que se ramifican.
Se les indicó el conocimiento guardado por antiguas culturas como la Mochica-Chimú, que tuvieron acceso a esta caverna, guardando aquí parte de su conocimiento y secretos de la antigua sabiduría transmitida por los iniciadores de cultura”.
Aproximadamente, dos años después, tres miembros del grupo Rama de Trujillo decidieron explorar esta montaña, subiendo hasta su cumbre, que desde abajo se ve plana, insinuando la existencia de una meseta. Como consecuencia de ello, después de un agotador ascenso, descubrieron que en la cima existen edificaciones de piedra que cubren un área de más de medio kilómetro de largo. En una visita que hice al lugar, pude darme cuenta que los antiguos constructores han utilizado cada eminencia natural, siguiendo los márgenes, permitiendo que los bordes de la cumbre dicten la forma de las edificaciones con sus espacios disponibles y sus abismos en un extremo. Además rodearon estas edificaciones con algunos muros perimetrales protectores por el lado en que es fácil su acceso y construyeron, por ese lado, un sendero zigzagueante en la ladera que permite subir y bajar con facilidad de la montaña y desemboca, dicho sendero, casi delante de lo que es hoy el centro poblado de Collambay. Era, seguramente, la vía de abastecimiento de productos para los que vivían en lo alto. Arriba, los restos de estas construcciones ocupan, predominantemente, un solo lado de la meseta, mientras que el otro es una planicie libre, totalmente plana, que puede servir de campo de aterrizaje para un helicóptero o un OVNI. También este descampado pudo haber servido como una plaza a campo abierto para algunas reuniones de personas, allí, cerca del cielo. Esta montaña está ubicada a 7º 56´ 07.70” S y 78º 46´ 34.08” O y tiene una elevación de 1777 metros sobre el nivel del mar en su parte más alta. Medidos desde sus respectivas “plaza de Armas”, mencionamos, como referencia, que la localidad de Collambay se encuentra a 853 metros; Simbal, a 585 metros; y Trujillo, a 38 metros sobre el nivel del mar.
Desde la cumbre de este privilegiado lugar, uno se conecta visualmente con el cerro Chiputur, en las cercanías de Trujillo, atrás del cual está el puerto de Salaverry y a su lado derecho las Huacas del Sol y la Luna.
Es importante mencionar que no muy lejos de este lugar, también en la jurisdicción del distrito de Simbal, se encuentra Con-Con. Un lugar en la rivera del río Moche que se estima fue, en la antigüedad, un santuario de Con, dios Mochica-Chimú en la costa norte y uno de cuyos atributos o emblemas fue el jaguar. Una de las fiestas de Con estaba asociada a Las Pléyades, estrellas que los chimús llamaban Fur.
En la montaña en comentario se han tenido visiones o visualizaciones psíquicas relacionadas con un hombre gigantesco y un jaguar; ambos emergen a la superficie por una galería desde el fondo de la tierra. En el sueño-mensaje para una experiencia de contacto físico con los extraterrestres (hechos del 11 de octubre de 1986, ya mencionados), la presencia del jaguar, como elemento simbólico de revelación, también jugó un papel importante. ¿Tendrá este lugar relación con el antiguo dios Con de los Mochica-Chimú, que, según se informaron los cronistas españoles, “…no tenía huesos ni coyuntura”? (Francisco López de Gómara, 1552; Agustín de Zárate, 1555).
Poco antes de que tres miembros del grupo Rama de Trujillo descubrieran las construcciones de piedra en su cima, otro descubrió, gracias al examen de unos detallados mapas mineros y al testimonio de verificación de un anciano agricultor del lugar, que este alto cerro implícitamente se llama RAMA desde muchas décadas atrás, antes de que Misión Rama hiciera su aparición pública en el Perú en 1974. Es decir, el nombre Rama estaba escondido en otro nombre. El cerro aparece registrado en antiguos mapas oficiales con el nombre de cerro RAMÓN. Y si decimos que implícitamente se llama Rama es por lo siguiente:
El diminutivo del nombre Rama es RAMITA, es decir, Rama pequeña (“Con amor divino, su hermano, un Ramita más, Oxalc” –Comunicación del Nuevo Tiempo-). El aumentativo de la palabra Rama, es RAMÓN, es decir, Rama grande. En otras palabras, el cerro o monte RAMÓN es, tácitamente, el Cerro Rama, Monte Rama, Montaña Rama, como quiera llamársele.
El término Rama, indicando el nombre de un lugar geográfico, ha sido utilizado desde la antigüedad. En la Biblia es el nombre del lugar donde vivió el profeta Samuel (I Samuel, Cap.7:17); el lugar donde el espíritu de Dios descendía sobre las personas, despertándoles el don de profecía y en donde funcionó una escuela de profetas (I Samuel, Cap. 19: 19-23).
En el Nuevo Testamento el nombre Rama es mencionado una sola vez (Mateo, Cap. 2, Vers. 18), en relación a una voz de anuncio que expresa un momento crítico y de dolor. En el “Libro del Mormón” se habla de un cerro llamado Rama, donde Mormón ocultó las planchas que contenían anales sagrados (Libro de Eter, Cap.15, Vers. 11).
En la salida del grupo Rama de Trujillo a este lugar cercano a Collambay, con motivo de la Semana Santa del 2009 –una salida apoyada con avistamientos de vehículos voladores-, el “antena” R. Vargas De La Gala, de visita en Trujillo, recepcionó una comunicación telepática en uno de cuyos párrafos se lee:
“El lugar es un centro energético de siempre y conectado a la energía atlante. Por estos lugares existe tecnología e información resguardada esperando el momento para ser conocidos, que servirán para ayudar al proceso de concientización del ser humano y de la tierra (…) Vuestros Guías de Misión (Anitac, Sampiac y Antarel)”.
Creemos que este cerro Rama o Ramón, en él o alrededor de él, en el ámbito del distrito de Simbal, Perú, nos deparará nuevas experiencias y nuevas evidencias de su importancia histórica y espiritual, pues queda por verificar, en el futuro, lo mencionado en las comunicaciones antes citadas.